lunes, 28 de abril de 2008

Alimentos para dejar de fumar

ANTONIO GONZÁLEZ - Madrid -
Dejar el tabaco no es tarea fácil, como bien saben el 60% de los fumadores que han intentado abandonar el nocivo hábito sin conseguirlo. Sin embargo, los fumadores que quieran dejar el tabaco tienen en algunos alimentos un aliado inesperado: se trata de las verduras, la mayoría de las frutas y los lácteos. ¿Su función? Retrasan la eliminación de la nicotina del organismo a través de la orina, por lo que los efectos de los parches y chicles de nicotina se prolongan y el fumador puede afrontar con mayores probabilidades de éxito un abandono gradual del hábito.
Según Ana María López Sobaler, profesora del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, todas las verduras, las frutas excepto los arándanos y las ciruelas, las legumbres menos las lentejas y los lácteos, a excepción del queso curado, cumplen con esta función. Según explicó recientemente en el marco de unas jornadas sobre nutrición celebradas en Madrid, estos productos hacen que la orina alcance un PH alcalino, lo que provoca una eliminación más lenta no sólo de la nicotina, sino también de la mayoría de los medicamentos.
Por otro lado, las frutas y las verduras son más necesarias sin cabe en la dieta de los fumadores, porque están sometidos a un mayor estrés oxidativo y suelen mantener además regímenes dietéticos más ricos en grasas animales.
El miedo a engordar
Al mismo tiempo, una mayor ingesta de frutas y verduras puede ayudar a conjurar uno de los motivos por el que muchas personas no se deciden a dejar el hábito: el aumento de peso asociado al abandono del tabaco. “De hecho, muchas mujeres adolescentes incluso empiezan a fumar pensando que van a estar más delgadas”, explica López Sobaler, que indica que está demostrado que la nicotina tiene un efecto en el Sistema Nervioso Central que hace que los fumadores tengan menos sensación de hambre y comen menos. Asimismo, la nicotina hace aumentar el gasto energético en reposo que hacen los fumadores, al aumentar la termogénesis, un proceso metabólico por el que el cuerpo elimina la energía en forma de calor.
Al tener menos energía, por un lado, y gastar más, por otro, los fumadores acaban teniendo un peso menor, aunque eso no significa que su disposición sea la más correcta, porque suelen tener más grasa depositada a nivel central, lo que no es muy favorable desde el punto de vista cardiovascular”, señala la especialista, que advierte de que tratar de perder peso mediante el tabaco supone pagar “un precio elevado” en términos de salud.
Además, el efecto de la nicotina sobre el metabolismo puede motivar una ganancia de peso de unos cinco kilogramos, según las personas, aunque el principal problema es cuando la persona que intenta dejar el hábito utiliza la comida para tratar de calmar la ansiedad, alcanzándose en algunos casos ganancias de peso de 12 a 20 kilos.
Los ex fumadores pueden buscar un efecto recompensa en alimentos ricos en azúcar o grasa, independientemente del efecto de ganancia de peso que supone la ausencia de nicotina”, señala López Salober. En estos casos, medidas como los parches ayudan a reducir la ansiedad, al proporcionar nicotina al organismo, y si además la alimentación es la adecuada, el fumador que intenta dejarlo tendrá más probabilidades de éxito.
PÚBLICO, Martes 29 de abril de 2008
Imagen: Público

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