domingo, 27 de abril de 2008

Los riesgos de aplazar el pago de la hipoteca

L. DONCEL / Í. DE BARRÓN - Madrid -
"Las hipotecas a 50 años me preocupan. Creo que deberían estar vinculadas a la vida profesional de las personas y volver a una duración de 20 o 25 años. A un plazo más largo, tienen elementos de riesgo que no se perciben a primera vista, pero que hay que considerar".
Quien decía esto hace un año era el vicepresidente económico Pedro Solbes, el mismo que en la pasada campaña electoral anunció como una de las medidas estrella del PSOE la ampliación sin coste alguno del plazo de las hipotecas para aliviar el daño que la subida del Euríbor ha hecho en los presupuestos familiares.
El ahorro a corto plazo para los que se acojan a esta medida es evidente. Dejan de pagar por unos trámites que antes costaban, para una hipoteca de 200.000 euros, unos 350 euros. Y así logran reducir sustancialmente la letra que ingresan cada mes al banco.
El Gobierno está ultimando un acuerdo con los que hasta ahora se embolsaban este dinero: entidades financieras, notarios y registradores. A la espera de que acaben las conversaciones, todo apunta a que serán ellos los que paguen los platos rotos.
Pero lo que a corto plazo supone un desahogo, a largo puede convertirse para muchos hogares en una forma de anudarse un poco más fuerte la hipoteca al cuello. Porque al alargarse el plazo, aumenta sustancialmente el capital que efectivamente pagan, y, además, se amplía el tiempo en el que las familias están a expensas de cómo evolucione el Euríbor, ahora en máximos históricos.
"Estrangular al cliente"
Y es que, como ha reconocido esta semana el consejero delegado del Popular, las entidades financieras tendrán que estudiar caso por caso. Sólo ampliarán el plazo a los clientes que lo necesiten y que además sean solventes. "Hay que tener cuidado para que al alargar el pago no aumenten tanto los intereses que al final la rebaja efectiva sea muy pequeña", dijo José María Lucía. El responsable del Popular anticipó que el banco analizará la capacidad de generar ingresos de cada caso, "porque tampoco se trata de estrangular al cliente".
La medida, además, ayuda más a los que menos lo necesitan. Porque los ahorros en las cuotas son más importantes para los que hayan contratado un préstamo con un plazo corto, y los más perjudicados por el incremento de los tipos de interés son los que se han comprado un piso recientemente, cuando ya era habitual que los bancos concedieran hipotecas a 40 años. Que es contra lo que prevenía el propio Solbes.
EL PAÍS, Domingo 27 de abril de 2008

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