lunes, 28 de abril de 2008

La banca sin comisiones llega a España

POR MARIO SÁNCHEZ GUILLÉN. MADRID
Hay un tipo de banca que concede hipotecas sin fijar interés para la devolución, que no cobra comisiones de apertura ni cancelación y a la que le da absolutamente igual si el Euribor sube o baja. Es la banca islámica, un negocio creciente en Europa y que planea su asentamiento en España.
BanCorreos (sociedad surgida en 2006 a partir de un acuerdo entre Deutsche Bank y Correos) está cerrando con el Instituto Halal de la Junta Islámica un nuevo tipo de producto bancario que podrá dar servicio a los musulmanes que vivan en nuestro país y quieran tener servicios financieros acordes con sus creencias.
El acuerdo con el Instituto Halal, la entidad encargada de certificar que los productos que ofrezca irán acordes con el Corán, no está cerrado. Pero Isabel Romero, la directora del Instituto, confía en que el producto «pueda estar listo a partir de verano».

Realidad europea
El National Bank of Kuwait, uno de los bancos más grandes de Oriente Medio, está planeando crear un banco islámico en Suiza. También el Gobierno francés ha tendido la mano a los fondos de inversión islámicos. Europa se está preparando jurídicamente para recibir este tipo de fondos, que vienen con normas muy específicas y cuyos activos han crecido de 316.000 millones de dólares a 500.000 millones (un 20%) desde el pasado verano, según la agencia de «rating» Moody´s.
«Ahora la liquidez está donde está, y supongo que los gobiernos europeos están mirando hacia donde está el dinero, sabiendo que éste sólo va a revertirse sobre determinadas líneas de actividad» opina Romero, cuyo entidad es la encargada de la certificación de que todo tipo de productos, desde hipotecas hasta comida, son acordes con la «sharia». En Europa viven quince millones de musulmanes, muchos de ellos con un nivel económico acomodado, y «un musulmán que practique, si tiene dinero, va a preferir meterlo en un fondo islámico que en un banco normal y corriente» asegura.
Un ejemplo de la buena salud que vive en estos momentos el negocio de la banca islámica son los resultados de 2007 del Islamic Bank of Britain (IBB), la primera banca islámica que se instaló en Europa, allá por 2002. Samir Alamad, directivo de la compañía, confirma a ABC sus buenos resultados desde su sede central en Birmingham: «2007 fue un año de éxitos importantes para la compañía, que creció un 38% en número de clientes, un 61% en depósitos y un 51% en recursos propios». Redujeron sus pérdidas netas en un 22%, porque la banca islámica obtiene rentabilidad a largo plazo y los primeros años es difícil que obtenga beneficios.
Pero el negocio sigue creciendo, ya que aún es un hecho novedoso que haya bancos especializados en ofrecer productos de acuerdo a la ortodoxia musulmana. Isabel Romero destaca que en 2007 este negocio «ha crecido un 12,5% por encima del crecimiento de la banca comercial, al igual que todos los negocios «halal» en el mundo, que han duplicado su facturación» como en el caso de los alimentos. Un importante motivo de este auge es el alza del precio del petróleo, que está generando una gran liquidez en los países árabes, muchos de cuyos capitales se encuentran detrás de los proyectos de banca islámica en Occidente.
Pero no sólo del Golfo Pérsico vienen las iniciativas, ya que bancos de primer nivel, como el británico HSBC o el alemán Deutsche Bank también han visto negocio en los creyentes musulmanes y han creado divisiones de banca islámica.
El Deutsche Bank lanzó ya en 2006 varios fondos respetuosos con la «sharia», primero en Oriente Medio y posteriormente en Europa. Por su parte, el primer banco del mundo, el británico Hong Kong Shangai Banking Corporation, HSBC, ofrece servicios financieros a musulmanes de todo el mundo.
El primer producto financiero que respeta las reglas del Corán llegará a nuestro país este verano, como primer paso de un negocio para musulmanes que ya es una realidad en otros países europeos.
Prohibido ganar dinero «sólo del dinero»
La característica más destacada de la banca islámica es que no cobra intereses cuando hace préstamos, aunque realmente funciona con parámetros diferentes a la banca tradicional. Cuando se concede una hipoteca a alguien que lo solicita la vivienda no se pone a su nombre, sino que pertenece al banco hasta que el préstamo se ha devuelto (sin intereses). De igual modo, en un crédito para abrir un negocio la entidad y el cliente se hacen socios de este negocio. Porque la base de la banca islámica, explica Romero, «es el riesgo compartido». Su gran máxima es que no se puede ganar dinero «sólo del dinero», sino mediante la inversión en iniciativas productivas.


ABC, DOMINGO 27_4_2008

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