BEATRIZ CASTRILLOLa llegada del buen tiempo y la proximidad del verano impulsan a la mayoría de las madrileñas a ponerse a dieta para poder lucir tipo en la playa o la piscina.
Del millón y medio de mujeres entre 14 y 45 años que hay en la región, el 70% (más de un millón) decide ponerse a régimen con la llegada de la primavera, según María Carmen González, coordinadora de la asociación contra la anorexia Adaner.
Aunque el boom de los regímenes se da en estos meses, casi un tercio de las mujeres, el 30% (450.000), tienen permarexia, un nuevo desorden alimenticio que consiste en estar siempre a dieta. Este fenómeno empezó en la región hace "unos tres o cuatro años y cada día cuenta con más seguidores", explica Jesús Román, dietista y profesor de Dietética de la Universidad Complutense.
Del millón y medio de mujeres entre 14 y 45 años que hay en la región, el 70% (más de un millón) decide ponerse a régimen con la llegada de la primavera, según María Carmen González, coordinadora de la asociación contra la anorexia Adaner.
Aunque el boom de los regímenes se da en estos meses, casi un tercio de las mujeres, el 30% (450.000), tienen permarexia, un nuevo desorden alimenticio que consiste en estar siempre a dieta. Este fenómeno empezó en la región hace "unos tres o cuatro años y cada día cuenta con más seguidores", explica Jesús Román, dietista y profesor de Dietética de la Universidad Complutense.
Fenómeno en auge
De hecho, desde Adaner aseguran que esta obsesión por las dietas "se está dando muchísimo, sobre todo en las mujeres; los hombres se ponen a dieta de forma puntual, pero muy pocos lo hacen durante todo el año".
Muchas no están gordas, pero recurren a los planes por "la creciente preocupación que hay con la obesidad, que hace que la gente haga locuras como saltarse comidas", advierte Román.
Para las permaréxicas su principal objetivo es estar delgada y no engordar. No son anoréxicas, porque no dejan de comer, sólo que lo que comen es de dieta y tampoco son bulímicas, porque no vomitan lo que ingieren. No obstante, son caldo de cultivo para desarrollar estos trastornos.
Estar permanentemente a dieta genera "carencias nutricionales y fomenta el mal humor, ya que hacen sacrificios para no comer alimentos prohibidos", puntualiza González. A cambio de tanto esfuerzo, reciben como recompensa los comentarios de su entorno, que alaban su delgadez y la satisfacción de poder meterse en una talla 36.
Testimonios
Sofía Postigo: 18 años. Estudiante
"Ahora que se acerca el verano y viene el bikini estoy planteándome hacer dieta. Voy a intentar comer más sano, con menos grasa y azúcar, pero sobre todo voy a dejar de comer entre horas". Sofía dice: "las dietas locas, como la de la piña, no están hechas para mí". No obstante reconoce que "todos queremos llegar a la playa en buena forma y cada vez son más las personas que están delgadas, porque hoy en día lo que vale es la imagen". Asegura que "más que por salud, la gente quiere perder peso porque es lo que se lleva".
"Ahora que se acerca el verano y viene el bikini estoy planteándome hacer dieta. Voy a intentar comer más sano, con menos grasa y azúcar, pero sobre todo voy a dejar de comer entre horas". Sofía dice: "las dietas locas, como la de la piña, no están hechas para mí". No obstante reconoce que "todos queremos llegar a la playa en buena forma y cada vez son más las personas que están delgadas, porque hoy en día lo que vale es la imagen". Asegura que "más que por salud, la gente quiere perder peso porque es lo que se lleva".
Almudena Brauns: 28 años. Administrativa
"Ahora mismo no estoy a dieta, pero reconozco que en dos ocasiones me puse a plan en serio". La primera la hizo cuando era adolescente, "con 16 años, y era una dieta a base de sopa de tomate que abandoné pronto. Aguanté la sopa el primer día, pero el segundo ya estaba harta". "La segunda la hice a los 21, era un régimen disociado, en el que no puedes tomar juntos en la misma comida los hidratos de carbono y las proteínas". Ésta tampoco fue capaz de seguirla durante mucho tiempo, "la dejé después de un mes."
"Ahora mismo no estoy a dieta, pero reconozco que en dos ocasiones me puse a plan en serio". La primera la hizo cuando era adolescente, "con 16 años, y era una dieta a base de sopa de tomate que abandoné pronto. Aguanté la sopa el primer día, pero el segundo ya estaba harta". "La segunda la hice a los 21, era un régimen disociado, en el que no puedes tomar juntos en la misma comida los hidratos de carbono y las proteínas". Ésta tampoco fue capaz de seguirla durante mucho tiempo, "la dejé después de un mes."
Cristina Fernández: 46 años. Secretaria
"Yo siempre me cuido, intento mantener el equilibrio con las comidas día a día". Cristina es muy disciplinada y hace cinco comidas por jornada, pero "como muy poco en cada toma, además me encanta comer fruta". A la comida sana añade que "hago mucho deporte, voy a correr por las tardes, hago pilates, que está muy bien para las mujeres, y los fines de semana salgo de Madrid para ir a la montaña". Como no tiene coche "voy andando al trabajo cada mañana, con lo que hago 20 minutos de ejercicio".
"Yo siempre me cuido, intento mantener el equilibrio con las comidas día a día". Cristina es muy disciplinada y hace cinco comidas por jornada, pero "como muy poco en cada toma, además me encanta comer fruta". A la comida sana añade que "hago mucho deporte, voy a correr por las tardes, hago pilates, que está muy bien para las mujeres, y los fines de semana salgo de Madrid para ir a la montaña". Como no tiene coche "voy andando al trabajo cada mañana, con lo que hago 20 minutos de ejercicio".
20MINUTOS, Viernes 25 de abril de 2008
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