miércoles, 30 de abril de 2008

Las inmobiliarias se asoman al precipicio

LUIS DONCEL
El batacazo del sector ha cogido a las inmobiliarias con el pie cambiado. Acostumbradas a una época de bonanza en la que los ingresos aumentaban a ritmos desmesurados -21% en 2005, 17% en 2006-, los promotores se dieron cuenta a medida que avanzaba el año pasado de que sus expectativas se iban tiñendo de un color cada vez más oscuro. Así, las presentaciones de resultados en las que antes todo eran sonrisas han dado paso a notas de prensa que informan de resultados cada vez más magros.
No es sólo que las 20 principales inmobiliarias hayan visto caer el año pasado sus ingresos un 7,1%. Lo peor es que, habida cuenta de que la crisis se cebó en el segundo semestre de 2007, las previsiones para este año y los próximos son todavía más negativas.
La revista Construcción Alimarket ha recolectado los resultados de los 20 mayores grupos inmobiliarios de España. El estudio no sólo recoge el descenso en los ingresos, también avisa de que las preventas -los compromisos firmes de adquisición de viviendas- y los proyectos en construcción han caído un 30%. Un dato todavía peor arrojan algunas promotoras que cotizan en Bolsa, como Realia, Metrovacesa, Reyal-Urbis, Parquesol y Acciona, que han registrado una caída en las preventas superior al 50%.
Y todas han seguido el mismo patrón: resultados aceptables durante la primera parte del año... y un desastre en los últimos meses. Sacyr Vallehermoso es el paradigma de esta tendencia: el área inmobiliaria del grupo que preside Luis del Rivero mantuvo prácticamente estables las preventas durante los tres primeros trimestres, para experimentar un desplome a partir de septiembre. Por esta razón, la caída del año se quedó en un discreto 21%.
El año 2007 ha sido malo para todas las empresas, pero en algunos casos la palabra más acertada es catastrófico. Como Restaura. Según los datos que la revista ha recogido de las empresas, el grupo catalán ha pasado de ingresar 517 millones de euros en 2006 a 158 millones un año después. "El vicepresidente de Restaura, Xavier González, explicó que los altibajos en las ventas se deben a sus ingresos atípicos de 2006. Y anticipó que espera para este año superar los 720 millones de ingresos", asegura la redactora jefa de la revista, Charo Reyes.
En el recuento por la cola, a Restaura le siguen Metrovacesa y Afirma, la antigua Astroc. La pésima actuación de ésta, con una facturación un 34% inferior a la de 2006, se explica por los problemas de todo tipo (bursátiles, financieros, cambios en la gestión...) que ha sufrido la empresa fundada por Enrique Bañuelos, que hace sólo un año ejemplificaba el éxito fulgurante del sector.
Y la escisión de Metrovacesa, motivada por las diferencias entre sus máximos accionistas y el ex presidente de la inmobiliaria, es la razón de que sus ingresos disminuyeran un 36%.
En el otro lado de la lista destacan la catalana Sacresa, la madrileña Taller de Gestión y el área inmobiliaria de Iberdrola, todos ellos con un aumento en la facturación superior al 15%. Pero incluso a estas empresas que presentaron buenos resultados en 2007 se les avecinan tiempos difíciles. Porque teniendo en cuenta que el tiempo medio de construcción de un piso es de un año y medio o dos, los pisos que los promotores entregan ahora los vendieron hace unos 18 meses. Es por esto que en 2008 y 2009 será cuando el parón en las ventas repercuta más directamente en las cuentas de las empresas.
Los promotores aseguran que afrontan una crisis exógena. Dicen que a la desaceleración gradual que se vivía en la primera mitad de 2007 se unieron las turbulencias financieras derivadas de los problemas con las hipotecas subprime en EE UU. La restricción a la financiación fue la puntilla para un sector que ya atravesaba dificultades.
Las recetas de los expertos para que las inmobiliarias salgan del bache son claras: diversificación, internacionalización y apuesta por la vivienda protegida. Para diversificar, han de volcarse en sectores como la promoción terciaria o industrial, no tan castigados como el de la vivienda. Muchas inmobiliarias, como Martinsa-Fadesa, ya han comenzado la internacionalización, principalmente en países de Latinoamérica y Europa del Este.
Y, por último, la apuesta por la vivienda protegida es el último resquicio que queda a unas empresas incapaces de colocar en el mercado libre un stock de viviendas que los promotores estiman en 400.000. En esta línea van las recientes decisiones de algunas comunidades autónomas, como Madrid, de aumentar el precio básico de los pisos protegidos. El presidente de Martinsa, Fernando Martín, ha asegurado esta semana que esta medida incrementará el precio de la VPO un 30%. Está por ver si estas medidas pueden salvar a un sector que últimamente sólo recibe malas noticias.
EL PAÍS, Domingo 13 de abril de 2008
Imagen: El País

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