viernes, 18 de abril de 2008

Internet se convierte en la nueva TV

Ulises F. Arteaga - Madrid
Mientras las grandes cadenas españolas buscan un modelo para la explotación de contenidos a través de Internet, los usuarios españoles ya han descubierto la televisión del futuro. Seis de cada diez internautas ve ya en su ordenador series, películas y programas de televisión descargados de la Red, un hábito mayoritario entre los más jóvenes, al que ya dedican más de cinco horas semanales de media.
«Las cadenas todavía meten el pie en el agua de Internet para ver si está caliente o fría, y dudan sobre el modelo de negocio que no les haga competencia, mientras la gente no quiere esperar a ver lo que le gusta», dice Felipe Romero, de la consultora The Cocktail Analysis, autora del informe Televidente 2.0, que pone de relieve este vuelco en el consumo audiovisual.

Cine, música y series
Como muestra de esta situación, el gigante YouTube, que arrastra él sólo más usuarios que todas las webs de cadenas de televisión juntas, y en muchas ocasiones, alojando sus propios contenidos y facturando también con ellos publicidad.
Entre las preferencias de los usuarios en la Red, destaca el cine, blanco de las descargas al menos una vez por semana de la mitad de los encuestados, más de 3.000 usuarios. En segundo lugar se sitúa la música y las series extranjeras, que son la preferencia para el 32 y 31 por ciento respectivamente. Por detrás, el humor (19%), las noticias (16,8%), deportes (15,8%), y, en una digna novena posición, las series españolas, con un 11,7% de respuestas.
La principal perjudicada de estos nuevos hábitos, y a la que habría que restarle las cinco horas de media que las descargas ocupan, es a la televisión, según la mayoría de respuestas.

La familia pierde
El 50,8% la sitúan en el primer lugar de los hábitos sacrificados por las descargas y otros portales de vídeo, seguida de la consulta de webs y blogs (43,9%) y la familia y amigos, que también salen mal parados en el 32,2% de los casos.
Lo que no parece tan claro es la disposición a pagar por ver estos contenidos de la Red, una vez que se ha tomado como hábito las descargas ilegales. Los españoles estarían dispuestos a pagar apenas 2,19 euros por una película recién estrenada si pudieran guardarla, y apenas 1,78 para verla una sola vez. En el caso de los partidos de fútbol, segundo contenido estrella de la TV de pago, el máximo desembolso para el que están dispuestos, es de 2,7 euros.
Para Romero, esta tendencia no es reversible y los precios que las plataformas de televisión exigen a consumidores adultos «son impensables» para el perfil de usuarios de Internet, mayoritariamente joven. «Incluso la intención real de pago de los consumidores siempre es menor a la que declaran en las encuestas», apunta. La explicación, a su juicio, es que es un error hablar de televisión en Internet. «Es un modelo de negocio que no sirve cuando se aplica a la Red. Hay que pensar de otra manera», asegura. Como contrapartida, algunos usuarios estarían dispuestos a pagar por ver contenidos tradicionalmente gratuitos, como las series (44%).
«Si de algo sirve este fenómeno es para darse cuenta de que la televisión convencional no está ni mucho menos muerta, porque es la principal fuente de lo que luego nos descargamos», afirma. Como muestra, la mayor parte de las descargas son «series que han estrenado en EE UU y no han llegado, o las que no pude ver el otro día, o las que veía de niño y me apetece volver a ver», explica. Los mismos encuestados que dicen abandonar la televisión afirman que la programación es de interés (33,5%), pero apuntan a la publicidad como el principal problema (46,9 %), además de los horarios o la limitada oferta en abierto.
Sin embargo, la pauta de consumo individual de Internet no puede competir con «el sofá de casa, un televisor grande, y la programación de la que se va a hablar al día siguiente en el trabajo», advierte Romero. «Sería un tremendo error olvidar el protagonismo y las fortalezas de la televisión convencional», asegura.
LA RAZÓN, Martes 1 de abril de 2008

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