jueves, 14 de enero de 2010

A golpes de beneficio fiscal

SARA O. DE URIARTE
El anteproyecto de la Ley de Economía Sostenible que ha propuesto el Gobierno para favorecer el desarrollo económico está siendo polémico. El episodio más reciente y que ha enfrentado a varios sectores ha sido el referente a las webs de descargas ilegales.
En el apartado de fiscalidad en la vivienda también se proponen cambios que entrarán en vigor en enero de 2011. Se trata de una modificación en los impuestos para reactivar el mercado y absorber el stock.
La medida más importante, y también impopular, consiste en la eliminación de la deducción por la compra de vivienda, decisión que fue tomada antes del verano.
El objetivo es intentar adelantar la decisión de compra de aquellos que pudieran perder la desgravación en el futuro, lo que podría ralentizar el ajuste del sector para desplazarlo en el futuro.
Un ajuste lento
Pese al impulso que se espera que traigan los beneficios fiscales (que obtendrán propietarios, inquilinos en alquiler y aquellos que vayan a reformar su casa), el ajuste inmobiliario tardará en completarse.
Las medidas para liquidar el stock de viviendas por vender y este tipo de cambios regulatorios en el sector pueden servir par estimular el ritmo de ajuste.
Favorecer vivir de alquiler, por ejemplo, permitiría alcanzar una proporción de pisos en alquiler razonable así como una nueva situación similar a la de países de nuestro entorno.
MEDIDAS TRIBUTARIAS.
Compra de vivienda – La deducción por compra de vivienda habitual en el IRPF se elimina para todas las rentas con una base imponible superior a los 24.107 € y se mantiene íntegra para aquellas por debajo de los 17.707 €. También habrá deducción para las rentas incluidas entre estas dos bases, aunque será gradual. Esta modificación afectará a 323.000 contribuyentes, y a través de ella Hacienda dejará de devolver 232 millones de euros anuales.
Alquiler (propietarios) – La reducción en las rentas de arrendamiento, que pasa del 50% al 60% beneficiará a 702.000 propietarios. Hay una reducción de 35 a 30 años en la edad del arrendatario a efectos de la exención del 100% de las rentas de alquiler. Esta medida tendrá un coste de 85 millones de euros.
Alquiler (inquilinos) – Si el arrendatario posee una renta inferior a 17.707 €, se podría deducir el 10,05% de los pagos hasta un máximo de 9.040 €. Aquellos que superen los 24.107 € podrán aplicarse una deducción parcial. Esta medida costará 20 millones de euros.
Reformas en el hogar – Se establece una deducción del 10% para los que acometan obras relacionadas con la eficiencia energética, el uso del agua o la adaptación para personas con movilidad reducida. Las limitaciones de ingresos para poder disfrutarla serán las mismas que en las medidas anteriores. La base máxima anual será de 3.000 €. Además, el límite máximo plurianual por vivienda será de 10.000 €.
UN PRECEDENTE EN EE.UU
Hay varias voces que afirman que el Gobierno podría recular al eliminar la desgravación en 2011. Esta hipótesis se vio confirmada en EE.UU: el Gobierno norteamericano aprobó a principios de año una desgravación de 8.000 dólares para la compra de primera vivienda (con una exención temporal de enero a noviembre de 2009); el Senado aprobó posteriormente la extensión de esta desgravación hasta abril de 2010. La efectividad de estos anuncios depende en gran parte de la credibilidad que le otorguen los compradores.

20 MINUTOS, Jueves 14 de enero de 2010

miércoles, 13 de enero de 2010

Comemos fuera, y cada vez peor

FRANCESCO MANETTO
Comer en casa más a menudo o elegir un menú equilibrado cuando salimos, llenar la cesta de la compra de hortalizas y aceite de oliva, renunciar a picar entre horas, en definitiva, reflexionar antes de realizar cada una de las decenas de acciones cotidianas relacionadas con la alimentación. Se trata de algo más que buenos propósitos para empezar el año. Son unas pautas más que nunca necesarias, en opinión de los expertos, ante las malas prácticas y el suspenso de los españoles en consumo alimentario.
Las alarmas de nutricionistas e instituciones ya han saltado. Mientras la crisis financiera hace mella en los hábitos de compra de las familias medias, los estudios hablan claro. España se está alejando peligrosamente del patrón tradicional de la dieta mediterránea y encabeza las listas de países europeos donde más se incrementa el consumo fuera de casa. Más del 20% de nuestras salidas incluyen al menos una etapa en un bar o "una tapa", de acuerdo a los últimos datos del panel de consumo alimentario que publica el Ministerio de Medio Ambiente. Este observatorio, el más actualizado y completo, calcula que el año pasado "una tercera parte del gasto total en alimentación de los españoles", unos 90.000 millones de euros, se realizó fuera del hogar y que entre finales de 2008 y principios de 2009 se registraron 6.810 millones de "visitas individuales a establecimientos".
Lejos de considerar el consumo extradoméstico como una costumbre insalubre de por sí (se puede comer mejor en un restaurante que en casa, por supuesto), los analistas señalan más bien los hábitos y los inconvenientes que a menudo acompañan este consumo: las prisas, la irreflexión a la hora de pedir o la baja calidad de los productos.
Si entre las causas más frecuentes influye el trabajar lejos de casa, las consecuencias para la salud ya son más que evidentes y, a este ritmo, no auspician nada positivo. "Estos cambios ya nos han pasado factura. Sólo hace falta ver los índices de obesidad [más del 17%, según el INE] en la población", recuerda Susana del Pozo, directora de Análisis de la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Se trata de datos preocupantes que se deben, entre otras cosas, a una falsa creencia radicada en la sociedad. "Los españoles creemos comer mejor de lo que en realidad comemos, lo que se convierte en un problema a la hora de convencer a la gente de que tiene que cambiar sus hábitos", apunta Geles Duch, nutricionista y responsable del Grupo de Apoyo Nutricional, entidad barcelonesa que organiza cursos de educación alimentaria, una disciplina que parece cada vez más necesaria si consideramos las conclusiones de la SEN en una valoración del comportamiento alimentario. "La dieta de los españoles se ha modificado notablemente en los últimos 40 años, alejándose del modelo tradicional de la dieta mediterránea, por lo que se deben diseñar estrategias que fomenten la alimentación saludable, comercialización y distribución", señala la investigación. "Todo ello sin olvidar el componente de placer de los alimentos, que se considera clave para mantener o recuperar los hábitos alimentarios".
"Aún es pronto para predecir qué ocurrirá con vistas al futuro
", prosigue Del Pozo, "pero sí es cierto que los profesionales, las administraciones, las asociaciones y los colegios están trabajando para que aumente la formación y la educación, sobre todo entre los más pequeños", para que las futuras generaciones estén más formadas en este ámbito y sean conscientes de lo que supone comer mejor.
Mientras tanto, queda cada vez más claro que en muchos contextos, sobre todo en las grandes ciudades, comer en casa se ha convertido en una excepción. Lo señala también un informe realizado por la consultora Nielsen. España se ha afianzado como uno de los países europeos donde es más habitual pedir un menú en un bar, y sólo es superada por Grecia y Portugal. "La mayoría de los españoles comen en restaurantes varias veces al mes, hasta el punto de que el 58% declara hacerlo como mínimo dos o tres veces". Según el estudio, la comida más frecuente fuera del hogar es el almuerzo, una costumbre que se aleja de la media mundial, ya que internacionalmente se opta sobre todo por la cena.
Se trata de una tendencia que choca sólo en apariencia con el frenazo de consumos debido a la crisis financiera. "En general, cada vez gastamos menos en alimentación. Tradicionalmente, casi el 50% de los gastos familiares se realizaban en este ámbito", explica Víctor J. Martín Cerdeño, economista, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador del panel de consumo alimentario del ministerio. "Ahora las cosas han cambiado. Uno de los aspectos más interesantes de los últimos años desde el punto de vista social y demográfico es la incidencia en el sector de la alimentación de la nueva configuración de los hogares", cuenta. Y es que los singles o los hogares con doble renta hacen que el mercado se mueva "a distintas velocidades" y que en él "coexistan muchas realidades".
Porque si por un lado ha bajado el gasto tradicional, castigado con toda su fuerza por el seísmo financiero mundial, "por otro se ha ido afianzando un segmento de consumidores más selectos". Es decir, no es nada raro acudir a un establecimiento de comida gourmet y encontrarlo lleno. Paralelamente, los núcleos familiares suelen elegir más productos de marcas blancas frente a las de los fabricantes. "Y todo esto ocurre en uno de los países tradicionalmente más marquistas de Europa", recuerda Martín Cerdeño. Este investigador señala también la inmigración como una de las causas que han revolucionado los mercados y la clásica oferta de productos. "Sólo hace falta entrar en un supermercado para ver géneros de fruta tropical que antes era muy complicado encontrar". Junto al creciente exotismo de la oferta se afianza también su heterogeneidad y asequibilidad. Un supermercado pone al alcance de todo el mundo cantidad de productos apetecibles que nada tienen que ver con la tradicional dieta mediterránea.
Para proteger su legado, hay asociaciones y autoridades que piden su inclusión en la lista de los patrimonios culturales de la Unesco. La barcelonesa Fundación Dieta Mediterránea, además, confirmó recientemente en la publicación británica Public Health Nutrition la tendencia generalizada de los países de la cuenca del Mediterráneo hacia el abandono de los hábitos alimentarios tradicionales. El estudio, que abarca la evolución de los últimos 40 años en 41 países, señala que "España es el cuarto país mediterráneo que más pierde en su dieta, después de Grecia, Albania y Turquía", y concluye que "es fundamental y prioritario preservarla como estilo de vida saludable, en su concepto más amplio, en las sociedades actuales".
Y es que, mientras no faltan estudiosos y médicos que afirman que el concepto mismo de dieta mediterránea es un mito, la simple adaptación a la realidad y a la oferta existente de unas costumbres saludables y del sentido común constituye una opción muy razonable.
La nutricionista Geles Duch, basándose en su experiencia de asesoramiento, recuerda que comer mejor es un reto alcanzable. "Hace unos 50 años, por poner un ejemplo, los alemanes comían mucho peor que España. Pero han hecho muchos esfuerzos por cambiar y, con el tiempo, han logrado mejorar su estilo alimentario", cuenta. En España, en cambio, se ha ido perdiendo el valor de la disciplina alimentaria que marcó a muchas generaciones. "Antes, en las familias se comía lo que tocaba. Ahora es mucho más complicado. Hoy se dan casos de familias en las que si se presentan verduras y pescado para cenar, estos productos son rechazados".
Si no hay fórmulas certeras para corregirnos de cuajo, la solución pasa por la actitud de cada uno. "Mucha gente quiere cambiar", prosigue Duch, "pero resultaría muy complicado volver a la pura dieta mediterránea". Lo más práctico consiste, pues, en amoldar nuestros hábitos alimentarios a la realidad y de la forma más sana posible. "Porque si es cierto que muchos productos son malos, también existen inventos buenos", recuerda. "La venta de algo tan sencillo como las bolsas de ensalada ha llevado a mucha gente a consumirla".
EL PAÍS, Miércoles 13 de enero de 2009
Imagen: El País

lunes, 11 de enero de 2010

Abusar de la "tele" mata

MARÍA VALERIO
MADRID.- Así de simple y así de espeluznante. Cada hora que pasamos sentados delante del televisor aumenta nuestro riesgo de sufrir un evento cardiaco, según una nueva investigación austaliana que añade nuevas evidencias sobre los peligros del sedentarismo. Y aunque el trabajo se centró en el hábito de ver la 'tele', los expertos advierten: cualquier comportamiento que implique pasar varias horas al día sentados pone en peligro nuestra salud cardiovascular.
Porque, como recuerda uno de los autores de este nuevo trabajo que se publica en la revista 'Circulation', David Dunstan: el cuerpo humano fue diseñado para moverse, no para estar sentado varias horas al día. El problema, como reconoce este especialista en Actividad Física del Instituto Baker de Victoria (Australia), es que "un montón de actividades de la vida diaria que requerían estar de pie y moverse se han transformado para que estemos sentados".
Así que, como alertan Dunstan y su equipo, muchos seres humanos se pasan la vida cambiando de una silla a otra a lo largo del día, sin ejercitar ni un sólo músculo. Por eso, en la investigación que acaban de dar a conocer, los riesgos del sedentarismo eran obvios incluso para individuos con un peso normal, independientemente de otros factores de riesgo.
Concretamente, el estudio evaluó a casi 8.000 individuos mayores de 25 años entre 1999 y 2006. En función de sus hábitos televisivos los dividieron en tres grupos: el de quienes veían la 'caja tonta' menos de dos horas diarias, entre dos y cuatro horas al día y, finalmente, quienes lo hacían más de cuatro horas.
Incluso con un peso normal
En esos siete años de seguimiento se registraron 284 muertes en la muestra, 87 por problemas cardiovasculares y otras 125 por cáncer. Y aunque en el caso de los tumores se observó una relación residual con el hábito de ver la televisión, la relación era mucho más clara para los trastornos coronarios.
Frente a los individuos del primer grupo, los investigadores calculan que quienes veían la 'tele' más de cuatro horas al día tienen un 46% mayor riesgo de muerte (por cualquier causa) y hasta un 80% si sólo se tienen en cuenta los fallecimientos por causas cardiovasculares. Hay que tener en cuenta que la media diaria de televisión en países como Australia o Reino Unido es de tres horas; frente a las ocho que se pasan ante la pantalla los estadounidenses o las 3,7 de los españoles.
Por cada hora diaria de televisión, los investigadores calculan que existe un 11% más de riesgo de mortalidad por cualquier causa, y hasta un 18% en el caso de patologías cardiovasculares. Así como un 9% más de mortalidad por cáncer. El peligro se mantuvo incluso después de tener en cuenta otros factores como el colesterol, la tensión, el tabaco, el perímetro de la cintura o una dieta rica en grasas.
"Incluso para alguien con un peso normal, estar sentado varias horas al día tiene una mala influencia en sus niveles de glucosa y de grasas en el organismo", advierte Dunstan para concluir. "Moverse más y más a menudo", puede ser un buen lema para empezar el año, apuntan.
EL MUNDO, Martes 12 de enero de 2010

EE UU amplía la lista de sustancias contaminantes de uso cotidiano

MÓNICA L. FERRADO - Barcelona -
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos han ampliado la lista de las sustancias de uso cotidiano que preocupan por su efecto contaminante sobre la población para incorporar 75 nuevos elementos. De esta forma ya son cerca de 300 los compuestos químicos bajo vigilancia por encontrarse presentes en los cuerpos de los ciudadanos procedentes de envases de productos alimenticios o mobiliario de oficina.
Todavía no existe un posicionamiento claro sobre los efectos nocivos de algunos compuestos químicos de los que ya forman parte de la vida cotidiana, como el bisfenol-A, que se encuentra en muchos plásticos, o los retardantes de la llama que utilizan muchos tejidos. Son dos de los 75 compuestos recién incorporados al informe nacional sobre exposición humana a productos químicos, que desde 1999 lleva realizando el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) y cumple su cuarta edición. Empezó con 212 productos químicos. Ahora ya se analizan casi 300.
Para realizar el estudio se han recogido muestras de orina y sangre de más de 2.500 estadounidenses repartidos por todo el país, de diferentes sexos y edades. El objetivo es determinar qué productos químicos logran penetrar en el cuerpo de los ciudadanos y en qué niveles. El informe destaca el bisfenol-A o BPA, ya que se encuentra en la orina del 90% de la población. Este producto se utiliza como componente de plásticos de uso común, muchos de uso alimentario, porque los hace más resistentes. Por ejemplo, forma parte del recubrimiento interior de algunas latas y de papeles para guardar alimentos. También se encuentra en cartuchos de impresoras, gafas e incluso en algunos biberones y chupetes.
En Canadá y en California hay un intenso debate para prohibir el uso del BPA, ya que algunos estudios apuntan a que ejerce efectos nocivos. En ratas y ratones se ha demostrado que interfiere en el ciclo hormonal natural, incluso con niveles muy bajos de exposición. El BPA puede actuar como disruptor endocrino, perturbar hormonas del desarrollo, estimular la pubertad precoz, afectar a la fertilidad, aumentar el número de adipocitos (células de grasa), inducir alteraciones precancerosas en las células e incluso favorecer la aparición de problemas de conducta. En el resto de EE UU también se ha debatido sobre la prohibición de este compuesto. En Europa "aún se considera que no hay suficientes conocimientos sobre sus efectos tóxicos", afirma Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Autónoma de Barcelona y autor del único estudio de este tipo realizado en España, en Cataluña, inspirado en el modelo norteamericano.
El informe también revela que por las venas de casi todos los estadounidenses corre otro grupo de químicos presentes en la mayoría de hogares: los retardantes de la llama. Se utilizan en productos potencialmente inflamables, como tapicerías de sofás o colchones, tejidos para cortinas, en el salpicadero de algunos coches y en la carcasa de ordenadores. El BDE-47 es el retardante con mayor presencia en las muestras recogidas. Se acumula en el tejido graso de los seres humanos y se sospecha que actúan como disruptores endocrinos.
El informe también ha analizado por primera vez la presencia en sangre de mercurio, centrándose en bebés y en mujeres en edad reproductiva, entre 16 y 49 años. En la mayoría, el mercurio se encuentra presente, aunque en niveles diversos.
Otro metal, un tóxico que se puede considerar como un viejo conocido, el plomo, trae buenas noticias porque sus niveles han bajado. Según los datos recogidos entre 1976 y 1980, el 88% de los niños estadounidenses entre uno y cinco años presentaban niveles inaceptables de plomo en sangre, más de 10 microgramos por decilitro de sangre. Actualmente, el porcentaje de niños con niveles preocupantes de plomo en sangre se ha reducido hasta un 1,4%. La dieta, los alimentos y el agua son la principal fuente por la cual el plomo llega a los seres humanos. El estudio observa que se trata de poblaciones más desfavorecidas y que, por lo tanto, existe un claro gradiente social en cuanto a la exposición a este metal. Porta indica que la disminución también se debe a una menor presencia en el aire, sobre todo a raíz de la introducción de la gasolina sin plomo.
En el mundo, sólo Estados Unidos y Alemania realizan estudios de biomonitorización tan exhaustivos, explica Porta. En España, el informe hecho en Cataluña se basó en muestras de sangre y orina de 919 personas. Según sus resultados, todas las personas están contaminadas por al menos tres de los 19 compuestos analizados. Uno de los datos que llaman la atención es que los niveles de DDT (un pesticida que se prohibió en los años setenta) en Cataluña son superiores a los de EE UU. "En España se prohibió en 1977, y 30 años después todavía los encontramos en la sangre de la población, lo que demuestra que todavía está presente en la cadena alimentaria, sobre todo a través de los piensos que consumen los animales. El problema es que el organismo humano no lo excreta", explica Porta.

Menos humo
El informe del Centro del Control de Enfermedades estadounidense (CDC) incluye mejoras en la exposición a contaminantes que ya son viejos conocidos. Destaca la cotinina, el metabolito que se forma en la sangre por la exposición a la nicotina del tabaco. En no fumadores, la presencia de este metabolito ha descendido un 70% en los últimos 15 años, lo que se relaciona con las políticas en ese país para restringir el consumo público de tabaco. "Este tipo de estudios sirven para monitorizar el éxito de las políticas de salud pública, como la ley del tabaco", afirma Miquel Porta, del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona (IMIM).
Precisamente la nueva ley de salud pública que prepara el Ministerio de Sanidad incluye la necesidad de monitorizar la eficacia de las medidas con estudios como el estadounidense.
Otro metal tóxico relacionado con el tabaco es el cadmio. Un 5% de los mayores de 20 años presentan niveles en sangre superiores a un microgramo, cantidad a partir de la cual se considera que este metal pesado puede ocasionar problemas renales y de densidad ósea. Ser fumador es uno de los principales motivos para acumular niveles tan altos. El informe estadounidense destaca el aumento de la presencia de otro subproducto, las acrilamidas, que se forman al cocinar a altas temperaturas (a más de 120º) alimentos como patatas fritas, y también con el consumo de tabaco.

Las fuentes
- Bisfenol-A (BPA). Se encuentra en la orina del 90% de los estadounidenses. Forma parte de envases de plástico, latas, algunos juguetes y biberones.
- Retardantes de la llama. Se encuentran en más del 60% de las muestras de sangre. Se utilizan como antiinflamables en tapicerías, cortinas y ordenadores. En animales, tienen efectos nocivos sobre las tiroides, el hígado y el cerebro.
- Cadmio. Se encuentra en la sangre de un 5% de la población. Está en la naturaleza; se utiliza en baterías, pigmentos, plásticos y aparece en el tabaco.
- Acrilamidas. Se forman con la cocción de carbohidratos y por la combustión del tabaco. En altas dosis son cancerígenas en animales, causan irritación, problemas reproductivos y nerviosos.
EL PAÍS, Martes 12 de enero de 2010
Imagen: El País