lunes, 30 de junio de 2008

Los «gimme two» devoran Nueva York

Los llaman los «gimme two» porque se llevan los productos a pares. Los turistas españoles arrasan en Nueva
York.M. Torres / E. Villar
NUEVA YORK/MADRID- «Yo me he traído una maleta vacía para meter todas las compras. Y si no me caben... pues me compro otra». La frase, pronunciada hace unos días por una joven española, pasajera del vuelo dominical DL127 Madrid-Nueva York, es mucho más que un simple anuncio: es toda una declaración de intenciones de ese ejército silencioso de turistas españoles que ha invadido desde hace meses las calles más comerciales de Nueva York. La jerga popular los ha bautizado como los «gimme two» («deme dos», en inglés), y se distinguen por su voracidad a la hora de comprar y su facilidad para tirar de tarjeta. Y es que la fortaleza del euro y la carestía de la vida en España han dejado en auténticas «gangas» muchos de los artículos que se venden en los escaparates neoyorquinos, y han conseguido que ir de romería por Prada, Calvin Klein, Gucci o Ralph Lauren se convierta en toda una religión.
¿Una exageración? No, desde luego, a tenor de los datos oficiales. El número de turistas españoles en Nueva York se ha ¡triplicado! desde la entrada del euro, hasta llegar a los 350.000, según la agencia neoyorquina de turismo NYC & Company. En sólo un año, agencias de viajes como El Corte Inglés han aumentado un 50% la venta de paquetes a EE UU, especialmente en fechas concretas como la «semana de compras» de diciembre (a buen entendedor...) o el verano. También se han disparado los viajes a los Parques Nacionales, Boston, Filadelfia y Washington y, sobre todo, el combinado Nueva York-Disneyworld, todo un «best seller». «De no ser por el billete de avión, que todavía sigue saliendo caro, los españoles iríamos a EE UU a ahorrar, como hacían los suecos en España. El dinero cunde cada vez más», explica Álvaro Pacheco, de Viajes Barceló.
Lujo a 57 euros
Una de las paradas fijas es el Century 21, frente a la Zona Cero, donde las grandes marcas están al 60% y a veces menos. Un vestido de Ralph Lauren que cuesta 160 dólares en la tienda del diseñador aquí puede valer 90. Al cambio, 57 euros, es decir, menos de 10.000 pesetas. No está mal. Otra de las paradas obligadas es el SoHo. En la tienda de Levi´s, Judith, una de las encargadas, explica que «los españoles vienen con las cosas muy claras. Se traen un lista con lo que quieren. No sólo compran para ellos, sino que también les encargan cosas sus amigos», aclara.
Las tiendas están preparadas para asumir a tanto turista, y el dependiente que habla español se cotiza alto. Judith recuerda con una sonrisa que «a veces te miran con cara de pánico y una se intenta hacer entender con su español como puede», explica rodeada de pantalones vaqueros Levi´s, uno de los artículos más demandados por los españoles. Aquí, los 501 cuestan 49,5 dólares (31,4 euros), aunque callejeando un poco la factura cae a los 24 euros. Un poco más abajo, por cierto, está Chinatown, el paraíso de las copias, donde los bolsos de Fendi, Vuitton o Chanel se venden a una décima parte que en las tiendas.
La cámara digital, inevitable
Al margen de la ropa de marca, el otro gran filón es el de la electrónica. De eso saben mucho en la tienda B&H, donde neoyorquinos y turistas se encuentran para comprar todo tipo de cámaras, ordenadores, impresoras o televisores. El negocio lo llevan los judíos y saben muy bien qué decir a cada cliente. «¿De vacaciones?», pregunta un dependiente en español a una pareja. «Estamos en viaje de novios», contesta ella con varias cámaras como «botín». Junto a ellos, una madre y una hija con otra cámara en las manos por 250 dólares (158 euros). «¿Son de España?», pregunta otro judío que les atiende en inglés. «», asienten ellas. «Un momento, voy a llamar a mi compañero, que su padre es de España, para que se saluden». Acto seguido llega David Toreador para explicarles que ha nacido en Texas, pero que su padre era de Toledo. «Yo he ido sólo una vez a España, pero me gustaría volver», añade. No le hace falta hacer gala de su apellido para asegurarse una buena venta. En Nueva York, con los «gimme two», la faena se hace sola.
NI MUSEO NI RUTA TURÍSTICA: 9 DE CADA 10 SE VAN DE TIENDAS
¿Nos vamos de tiendas o a conocer la ciudad?. Al menos en Nueva York, el dilema se resuelve solo. Según los datos de la agencia de turismo neoyorquina, la actividad preferida de los españoles es ir de compras (el 92% lo hace), seguida de la de comer y cenar fuera (74%), las visitas turísticas (58%), los museos (45%), los conciertos o musicales (32%) o los lugares de i9nterés cultural (29%). La mayoría de los visitantes (que pasan en Nueva York una media de seis noches) son veteranos en estas lides, ya que el 46% ha visitado Estados Unidos antes, con una media de tres viajes en cinco años. Por eso no es de extrañar que el número de turistas hay apasado de los 115.000 de 2001 a los 350.000 de 2007, casi 100.000 más que el año anterior (256.000).
Lo llamativo es que este auge del turismo al calor del euro no ha afectado a otros destinos, e incluso ha beneficiado a algunos."Como mucho el cliente cambia diez dias en el Caribe por diez días en Canarias, o acorta su estancia, pero no perdona las vacaciones -afirman en Halcón Viajes- Y el boom de EEUU ha beneficiado a destinos como México, que ha crecido un 15%. Como el dinero cunde más, gastan más en restaurantes o en excursiones".
LA RAZÓN, Domingo 29 de junio de 2008

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