lunes, 11 de agosto de 2008

Surcar el cielo será más caro

A. REQUENA / B. R. LECHEVALIER -
La crisis de la aviación comercial castiga a aerolíneas, trabajadores y aeropuertos. Pero también a los pasajeros; sobre todo, a su cartera. En junio se produjo el aumento mensual más fuerte de los últimos años en el precio de los billetes de avión (7,1%), que hoy son un 17,5% más caros que en las mismas fechas de 2007. Iberia o Air Europa, además, han anunciado subidas adicionales de los pasajes para compensar el gasto en el combustible, que ha sido el principal causante de los resultados negativos de las compañías. Sin embargo, “los métodos que se utilizan para trasladar a las tarifas las fluctuaciones del petróleo no son transparentes”, afirma Rubén Sánchez, portavoz de Facua. Eugenio Ribón, de la asociación de consumidores CEACCU, añade a este respecto que el abaratamiento del crudo “nunca se traduce en una bajada de los billetes”.
Mientras el precio sube, la oferta baja: un estudio de la Official Airline Guide (OAG) señala que las aerolíneas mundiales recortarán 60 millones de plazas entre octubre y diciembre, lo que supone una caída del 7% en el número de vuelos respecto al mismo periodo de 2007. “Siempre que se cancelan rutas es perjudicial porque supone menos competencia y menos ofertas para el consumidor”, afirma el portavoz de Facua.
Spanair, afectada por un plan de viabilidad que supondrá un millar de despidos, ha anunciado la cancelación de varias rutas, que componen cerca del 20% de sus operaciones. Ryanair, la línea de bajo coste con más volumen de pasajeros, cerrará temporalmente sus bases en Valencia y Palma de Mallorca, lo que implica la suspensión de 870 vuelos.
El secretario de acción sindical de la Federación de Transporte Aéreo de CCOO, Jorge Carrillo, anuncia meses duros: “Muchas líneas de bajo coste están reduciendo sus operaciones. En sus programaciones para el otoño están comunicando rebajas de hasta el 60% de sus vuelos en algunos aeropuertos”. Carrillo apunta al aeródromo de Málaga como uno especialmente castigado, y también a los de Valencia y a los de Alicante.

Aumentan las reclamaciones
La Unión de Consumidores de España (UCE) advierte del mayor número de reclamaciones en la campaña de verano por las irregularidades y los retrasos de las compañías aéreas. Según la UCE, los motivos de reclamación más alegados son los retrasos, las pérdidas y el deterioro del equipaje y el ‘overbooking' (venta de más de un billete para el mismo asiento) . En este caso y en el de cancelación de un billete por parte de la aerolínea, la UCE señala que la compañía debe ofrecer al pasajero el reembolso del coste del billete y la conducción lo más rápidamente posible hasta el destino o en una fecha posterior que convenga al pasajero. Si se trata de un retraso, los pasajeros tienen derecho a manutención e, incluso, a hospedaje durante el tiempo que dure el retraso.
Recargo por combustible
El encarecimiento del petróleo provoca subidas periódicas en los precios de los billetes. Sin embargo, no todo vale. "Si faltan más de 20 días para que salga el vuelo pueden cobrar un recargo por combustible; pero si queda menos, no", señala Rubén Sánchez, portavoz de Facua. En la asociación tampoco tienen claro hasta qué punto los usuarios deben pagar estos recargos cuando compran un paquete vacacional con antelación: "No saben cuánto costará el crudo en el momento del viaje, no sabemos si se trata de una previsión máxima o si podrían devolver el dinero en caso de que después cueste menos". Si el cliente considera que el incremento es desproporcionado tienen derecho a reclamar a la compañía para que les justifique ese coste.
No más publicidad engañosa
A partir de finales de este año, las aerolíneas no podrán anunciar precios de billetes que finalmente cuestan bastante más. En esa fecha entra en vigor el reglamento de la Eurocámara que obligará a las compañías a ser transparentes en sus precios. La nueva normativa señala que las aerolíneas que operen desde un aeropuerto comunitario deberán indicar en sus tarifas el precio final que deba pagarse, también a través de Internet. El objetivo de esta medida es acabar con ofertas confusas y que desde un primer momento el usuario conozca cuánto va a costar su vuelo, incluida la tarifa, los impuestos y cánones y los recargos. Además, obligará a que todos los suplementos adicionales se comuniquen de una manera clara y transparente.
Los servicios al pasajero se convierten en un negocio
A. REQUENA / B. R. LECHEVALIER -
Primero fue el pago por la comida. Después siguieron el cobro por la maleta, por el sobrepeso del equipaje o por el seguro. La tendencia de las aerolíneas a cobrar al pasajero por todo, o por casi todo, se acentúa cada vez más. Y no sólo en las low cost. “Llevan muchos años recortando servicios, como el catering o los periódicos. Y no por la crisis sino por ganar más dinero”, afirma Rubén Sánchez, portavoz de Facua.
Sin embargo, muchas veces esta estrategias roza la ilegalidad. Eugenio Ribón, del departamento jurídico de CEACCU (Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios), afirma que “se han incoado expedientes sancionadores por cobrar el equipaje al usuario o por la venta de seguros con coberturas que las aerolíneas ya están obligadas a incluir”.
Tanto es así, que la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid abrió hace dos semanas un expediente informativo a varias compañías aéreas por cobrar a los pasajeros la facturación del equipaje. La Administración madrileña considera que el precio del billete incluye el transporte de las maletas, de acuerdo con la ley de Navegación Aérea y con la de Defensa de Consumidores y Usuarios.
La información que facilitan las aerolíneas en Internet muestra que los precios del billete se gravan todavía más si la maleta supera el peso máximo permitido (entre 15 y 20 kg). Sólo el embarque del equipaje puede costar entre 4 y 20 euros por maleta, y el exceso de peso oscila entre los 5 y los 40 euros por cada kilo de más. Casi todas exigen un precio diferente, y mayor en el caso del equipamiento deportivo o de instrumentos musicales, con regulaciones y tarifas que varían significativamente de una compañía a otra.
Además, hay que tener en cuenta los costes indirectos, como el auto check in o la emisión del billete de forma electrónica, que “supone un cargo para el usuario”, según Ribón. Otra novedad es la elección de asiento, para los que quieran uno más cómodo. Vueling, por ejemplo, ofrece el ‘Asiento XL’, por 13 euros, o el ‘Asiento Duo’, por 30 euros.
El futuro no se presenta mejor, ya que las aerolíneas barajan la posibilidad de cobrar por la manta, los auriculares, etc.
PÚBLICO, Domingo 10 de agosto de 2008
Imagen: Flickr

No hay comentarios: