martes, 12 de agosto de 2008

La crisis se ceba en bares, restaurantes y cafeterías

Información elaborada por:
Alberto Caparrós (Valencia), Sergio Paredes (Sevilla), Natalia Araguás (Barcelona), Elena Pérez (Galicia), Maite Vázquez del Río (Madrid).

Pese a que la mayoría de los españoles están convencidos de que se puede prescindir de todo, menos de las vacaciones -al menos así pensaban antes del verano, ya que en marzo los viajes realizados por los españoles crecieron un 58,7%, según la Encuesta de Movimientos Turísticos de los Españoles (Familitur)- lo cierto es que si se observan los lugares frecuentados por los turistas nacionales se comprueba a la hora del aperitivo que hay terrazas prácticamente vacías. El consumo es menor, hasta la multinacional Coca Cola ha reconocido una caída del 6% de sus ventas, y ante la ausencia de comensales hay restaurantes que a las once de la noche ya han cerrado.
Algunos restaurantes de más tenedores se han visto obligados a ofrecer menús a precios más bajos. En todos se nota que las propinas ya no son tantas, sobre todo en el caso de los españoles, ya que muchos trabajadores del sector de la hostelería explican que los extranjeros siempre dejaban menos propinas.
El algodón no engaña
De momento, la Encuesta de Gasto Turístico (Egitur) constata que en junio pasado, los turistas extranjeros que visitaron España realizaron un gasto total de 5.031 millones de euros, lo que ha supuesto un descenso del 0,5% en relación al mismo mes del año anterior (-0,5%). El gasto medio por turista -concreta dicha estadística- ascendió a 898 euros y se mantuvo prácticamente estable, el gasto medio diario (94 euros) descendió un 0,7%.
Estos datos vienen a coincidir con las previsiones del «lobby» turístico Exceltur, que reconoció unos resultados «por debajo de los esperados» en el conjunto de las empresas turísticas españolas en el segundo trimestre del año: «los segmentos de mercado de familias -tanto españolas como extranjeras- de rentas medias y bajas con las que con mayor intensidad están reduciendo su consumo turístico en España», precisa Exceltur. Y son los establecimientos de tres o menos estrellas los que más sienten estos efectos, en tanto que los viajes y el gasto de los españoles al exterior «se estanca».
Los tipos de interés más altos que pagar para quienes tienen que devolver créditos hipotecarios o de consumo; la amenaza del paro (casi 2,5 millones de desempleados hasta julio) y la inflación que aún no ha tocado techo (por encima del 5%) son tres razones más que suficientes para obligarnos a renunciar a las «merecidas» vacaciones.

COMUNIDAD VALENCIANA
El peor verano de la última década

La Comunidad Valenciana alberga durante el mes de agosto a 3,4 millones de turistas. La región levantina es la principal receptora de los madrileños, que apuestan por sus playas para el asueto estival. Sin embargo, la crisis económica ha hecho mella en el sector, que atraviesa «el peor verano de la última década», de acuerdo con la impresión del presidente de la Federación de Hostelería de Valencia, Juan Carlos Gelabert. Las terrazas vacías a la hora del aperitivo corroboran la impresión de los empresarios. El 70% considera que reducirá la facturación y un tercio tendrá que destruir empleo. Además, la caída de la rentabilidad oscilará entre un 15 y un 30%. De hecho, la crisis va por barrios. Benidorm, capital turística de la Comunidad Valenciana, juega otra liga. El peso del turismo extranjero -fundamentalmente el británico- en la localidad alicantina es superior a la media.
Según explica el presidente de la patronal hotelera Hosbec, Antonio Mayor, la ocupación durante agosto roza el 100%, gracias a los visitantes foráneos. Sin embargo, éstos no escapan a las tendencias del turismo patrio, que pasan por reducir gastos en restaurantes, compras y servicios adicionales. Esta situación ha provocado una «guerra de ofertas» entre los hoteles, que pugnan para que sus clientes apuesten por la pensión completa, con el consiguiente trastorno para los negocios gastronómicos.
En todo caso, en tierras valencianas todavía se confía en que el Gran Premio de Fórmula 1, que se celebrará el próximo 24 de agosto, mitigue los efectos perniciosos de la crisis. Sin embargo, a pesar de que los hoteles de cinco estrellas han colgado el cartel de completo y se prevé la llegada de 200.000 personas, a falta de dos semanas para la prueba todavía hay entradas a la venta.

ANDALUCÍA
La tapa como arma

Por lo que respecta a Andalucía la afluencia de turistas se mantiene en la misma línea que en años anteriores, aunque los hábitos de consumo han cambiado y se gasta menos. En la provincia de Málaga, uno de los destinos de referencia en la región, la ocupación hotelera es prácticamente completa, mientras que en Cádiz se sitúa por encima del 80%.
En los negocios hosteleros cercanos a las playas no se ha apreciado un detrimento del número de clientes. Sin embargo, los empresarios destacan que este año «se eligen los platos atendiendo al precio antes que al nombre». En consecuencia, los restaurantes, bares y chiringuitos registran una pérdida que oscila entre el 10 y el 30% de la facturación, si se compara con temporadas anteriores.
Según el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Málaga, Rafael Prado, «el gran arma contra esta crisis en Andalucía es la tapa». Las cartas se están «adaptando a los nuevos hábitos» del cliente para afianzar el consumo. Así, las raciones están dando paso a variedades de tapas y a ofertas de platos más económicos. Esta práctica ha conseguido que se mantenga estable el número de transacciones, aunque haya mermado el gasto medio por cliente.
Por ello, no se ha registrado un descenso brusco en las plantillas de estos negocios, aunque se prevé que el número de parados que se registra anualmente al término del verano sea en esta ocasión más acusado. Por su parte, el presidente de la Asociación Gaditana de Hostelería, Antonio de María, apunta que este año los turistas que alquilan una vivienda han optado por «gastar menos en la calle e ir más al supermercado».
Para el presidente de los Empresarios de Playa, Norberto del Castillo, la crisis se aprecia en que los turistas prescinden de gastos superfluos. A su juicio, los primeros locales que han notado la adversa situación económica son las discotecas y los bares de copas, seguidos de los restaurantes de lujo.

CATALUÑA
A la playa con nevera
En el litoral catalán, la ocupación hotelera mantiene el pulso a la crisis y es la restauración la que más sufre los ánimos de ahorrar. «La gente necesita esparcirse. Tomar menos copas o no cenar fuera no es tanto castigo», resume Martí Sabrià, portavoz de la Unión de Empresarios de la Costa Brava. En pleno agosto, esta zona prevé una ocupación de entre un 75 y 80%de estancias con reserva.
El consumo en bares, hoteles y cafeterías caerá sin embargo un 25% respecto a otros años, calcula Sabrià. Este esquema se repite en la Costa Dorada, donde a la estrechez económica de los nacionales hay que sumar la potencia del euro, que merma el poder adquisitivo de los turistas extranjeros en una zona frecuentada por británicos (43% del total) y rusos (13%). «La mayoría vienen en régimen de media pensión o completa», explica el vicepresidente de la Asociación Hotelera Salou-Cambrils-Platja de la Pineda. Joan Antoni Padró. «Un inglés que se traiga 300 libras para gastos extras, obtendrá 360 euros al cambio: el año pasado eran 450». Según estima, se ha reducido el llamado «pocket money» casi el 30%.
«La gente llega y pregunta los precios», observa el gerente del chiringuito Nueva Ola, Néstor Aníbal Mosquera, en la playa barcelonesa Nueva Marbella. «Con 40 grados al sol, las playas están a tope pero se piden como mucho un agua o una Coca-Cola: el bocadillo se lo traen de casa». Para colmo de males, a la crisis se suman los «lateros», que ofrecen bebidas a euro y medio sin necesidad de levantarse de la arena.«La policía nos controla a nosotros pero no a ellos», lamenta.

GALICIA
Sin esperas
A pesar de los encantos de la comunidad gallega, lo cierto es que la actual situación económica del país no le es ajena. Según datos oficiales, el número de visitantes se mantiene, si bien el gasto medio se reduce considerablemente, no superando los 115 euros por día.
Buena muestra de ello es el hecho de que los restaurantes y hoteles, al margen de la categoría, han notado en general una merma en sus reservas habituales en comparación con años anteriores. Si en otras ocasiones era complicado encontrar mesa en las zonas de veraneo por excelencia, como Sanxenxo, el Grove, Bayona, Canido o el Eume, incluso reservando con días de antelación, actualmente no es difícil.
Llama la atención que los concurridos «chiringuitos de playa» se hagan la competencia bajando los precios de la «sardiñada o el churrasco», el valor del menú cambia de un día para otro con el único objetivo de robarse clientela. Este es el caso de la zona de la Penela en Ferrol. Otro, la caseta de la Escuela de Vela de la playa del Bao, en Canido (Vigo), habitualmente muy concurrida que, si bien no nota bajón en cuanto a consumidores, la media de gasto no es la misma. «Si antes se pedía un refresco, ahora te pide sólo café, que sale más barato», dicen en el establecimiento. Igualmente les pasa con los platos de comida, lo que más hacen son bocadillos.
Otro buen ejemplo es el del Restaurante Cantina Río Covés, una acogedora casa rural transformada en restaurante, dentro del parque nacional Fragas do Eume, la mayor reserva de bosque atlántico en la costa de Europa, que tan sólo en los primeros quince días de julio tuvieron 300 comensales menos. Su máxima ocupación alcanzó los 120, cuando el pasado año llegaron a superar los 150.
En la localidad pontevedresa de Sanxenxo, la de O Grove o Bayona, la historia se repite. Todas ellas punteras en la temporada estival, no importa la categoría del restaurante, si los pasados veranos el lleno era total, a día de hoy es fácil encontrar una mesa, incluso para más de cinco comensales a la hora de la comida o la cena. Muchos locales de la zona coinciden en la reducción considerable en el gasto por persona.
ABC, Martes 12 de agosto de 2008
Imagen: Flickr

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