miércoles, 27 de agosto de 2008

Se multiplican las iniciativas que buscan una forma de vida sostenible y menos consumista

Maite Gutiérrez Barcelona
Hace ya casi cinco años que Juan Manuel Sánchez, de Madrid, dio un giro completo a su vida. "Estaba harto de no ver la luz del sol y decidí dejar mi trabajo en la oficina, vivir con menos para ser más feliz", cuenta por teléfono mientras hace el Camino de Santiago. Se proponía algo en apariencia complicado: depender lo mínimo posible del dinero, "llevar un estilo de vida menos esclavizante y apartado de la deriva consumista", dice. Lo consiguió. Buscándose la vida por aquí y por allá, y sin cometer ningún delito, vio como sus necesidades básicas, de ocio y de formación estaban cubiertas de forma casi gratuita. Como su estrategia le había dado resultado, la quiso compartir con otras personas y creó el grupo Sindinero. org, que se coordina a través de internet. "Allí centralizamos información sobre recursos y actividades donde no hay que pagar nada, o lo justo para conseguir materiales", explica Juan Manuel.
Casi cada día reciben trucos y mensajes de personas que han encontrado algo que les permite dejar de lado al dinero. "Está costando, pero se nota que cada vez más gente se interesa por esta filosofía de vida; nos han vendido la idea de que necesitamos mucho dinero y comprar continuamente, pero no es así", asegura. Según él, con imaginación y sabiendo dónde buscar se pueden hacer muchas cosas sin transacción económica de por medio. El objetivo es doble: ahorrar y promover la sostenibilidad, acabar con la sociedad del usar y tirar.
Cada uno encuentra su equilibrio. Hay quien, por convicción, vive casi apartado del capitalismo. Okupan, recogen la comida que los restaurantes y supermercados tiran al final del día, se mueven en bicicleta y visten con ropa usada. Es el caso de la creadora de la Guía Callejera de Barcelona, Alicia Martínez, en la que se describen los mejores lugares de la ciudad para recoger comida en buen estado. Hasta hace unos meses la lista estaba colgada en internet, pero Alicia decidió retirarla para dejarla sólo a personas "que de verdad la necesiten", cuentan en Sindinero. org.
Otros se conforman con disfrutar de las actividades culturales gratuitas que organizan ayuntamientos, museos o centros cívicos. En medio, infinitas posibilidades. En el caso de la comida, aparte de la recogida en restaurantes y supermercados, en comerporlapatilla. com mantienen una lista de las citas gastronómicas gratuitas que se celebran en toda España. Algunos colectivos defienden aprovechar las frutas de los árboles urbanos, como Plantot, en Barcelona, que elaboraron una guía de los puntos en los que se pueden recolectar piezas.
Las instrucciones sobre cómo crear un pequeño huerto en casa, en el balcón, o incluso cómo garantizarse el suministro de especias y hortalizas a partir de germinados - sin necesidad de tierra- son unos de los temas con más enlaces en Sindinero. org.
Los intercambios de servicios, conocimientos o los bancos de tiempo también aumentan. Y no sólo entre personas de espíritu contracultural. Rosa María Ruiz, un ama de casa de Barcelona, es secretaria del Banco de Tiempo de su barrio, en el Bon Pastor. En estos centros las personas intercambian servicios o conocimientos - ir a buscar el pan, enseñar a coser los bajos de un pantalón o a tocar la guitarra- por cheques que en lugar de dinero proporcionan tiempo de otra persona. Esta se debe comprometer a ofrecer algún tipo de servicio cuando el portador del cheque lo necesite. "Empezamos en el 2002 y ya somos más de 130 socios sólo en nuestro barrio - en cada distrito de la ciudad existe un Banco de Tiempo-", dice. Rosa María afirma que la experiencia es útil porque, además de aprender cosas nuevas de forma gratuita - o conseguir que le arreglen un enchufe sin llamar al electricista-, la relación entre los vecinos se ha vuelto más intensa. A ella incluso le ha servido para conocer mundo. Este año viajó a Italia "tirado de precio" porque un socio de un Banco de Tiempo italiano les hizo de operador turístico y les consiguió una estancia en un palacete.
En cuestión de viajes, Juan Manuel recomienda las iniciativas coachsurfing. org o hospitalityclub. org para moverse por el mundo con muy pocas monedas y ampliar el bagaje cultural conociendo a personas de otros países. Incluso anima a practicar autostop.
Lo de conseguir vivienda sin dinero ya está mucho más complicado. Más allá de la okupación, algunas de las soluciones que ofrecen en Sindinero. org son las de grupos que te ayudan a construir una casa prefabricada por módulos si tienes la suerte de contar con un terreno. Para los que ya han logrado el ahora difícil reto de encontrar vivienda, se pueden ahorrar mucho dinero en muebles y decoración y además apuntarse al reciclaje si siguen las instrucciones de grupos como Basurama o Makea. "Hacemos safaris por Madrid y otras ciudades para recoger muebles de la calle, los restauramos a nuestro estilo y con ello se puede amueblar un pisito muy bien", explica uno de los creadores de Basurama, Juan López-Aranguren. Además montan instalaciones en festivales - como el de Benicàssim- o hacen intervenciones en espacios públicos con un coste casi cero de material. "Utilizamos desechos y material reciclado, así nos ahorramos mucho dinero y difundimos un estilo de vida más respetuoso con el mundo", afirma López-Aranguren. En la web de Makea - makeatuvida. net- además enseñan a fabricar objetos de decoración paso a paso.


LA VANGUARDIA, Miércoles 27 de agosto de 2008

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