lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Son seguros los juguetes de nuestros hijos?

LUIS MIGUEL DEL BARRIO MADRID
¡Atención, padres, que es Navidad, sí, pero resulta que muchos de los juguetes que se venden en España no son seguros! O al menos no lo son más de la mitad de los que han sido analizados por distintas organizaciones de consumidores europeas con el fin de saber si cumplen todas las condiciones en materia de seguridad. Así lo asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que, tras estudiar 23 juguetes que provenían de comercios españoles, ha detectado que «sólo 11 de ellos no presentan ningún riesgo para los niños». Los demás -es decir, 12 (más de la mitad, por tanto-, presentan «defectos de etiquetado, elementos peligrosos, ruido estridente, sustancias tóxicas...». O sea, que incumplen claramente la ley vigente en España sobre la seguridad de los juguetes, especificada en el real decreto 880/1990, de 29 de junio, por el que se aprueban las normas de seguridad de los juguetes, junto a otro real decreto (el 204/95, de 10 de febrero), por el que se modifica el anterior con motivo de introducir el «marcado CE».
Y toda esta normativa, que ni falta hace decir que es de obligado cumplimiento, se incumple, en fin, aquí y ahora, en tan grave proporción como la ya apuntada. De ahí que la OCU haya decidido informar de todo ello a las autoridades competentes, a las que a su vez exige que incrementen su control en esta materia tan delicada y retiren del mercado los juguetes que puedan poner en peligro la seguridad de los más pequeños.
Aunque bien es verdad que este mismo problema también se padece en otros países comunitarios -de 77 juguetes adquiridos en el mercado europeo, sólo 43 pueden considerarse totalmente seguros, tal y como subraya la OCU-, en este caso, sin embargo, más vale no acogerse al tan socorrido «mal de todos, consuelo de bobos».
No en vano aquí está en juego, y nunca mejor dicho, la seguridad de los niños. Así que ya lo saben: es Navidad, sí, pero los juguetes no son todo lo seguros que deben. De hecho, y según desvelan a ABC fuentes muy cercanas al ministro de Sanidad y Consumo, el Parlamento Europeo está a punto de aprobar (quizás lo haga incluso esta misma semana, desvelan dichas fuentes) una nueva Directiva sobre este asunto, con el fin de terminar de una vez por todas con unos peligros que nunca deberían existir en ningún juguete.
Más vale prevenir que curar
Hasta entonces, se impone de manera urgente un dicho que viene como anillo al dedo: más vale prevenir que curar. Y para ello, además de utilizar el sentido común -algo difícil, bien es verdad, pues ya se sabe que éste suele ser el menos común de todos los sentidos-, conviene no dejarse llevar por los colores y sonidos de la publicidad, y menos de la televisiva, que penetra en las indefensas mentes infantiles al ritmo que marca el anuncio de turno, sin respetar edades ni inocencias.
Al mismo tiempo, hay algo fundamental que, según los expertos en esta materia, nunca conviene olvidar: «Sólo se deben comprar los juguetes que vengan claramente marcados con el etiquetado CE». Además, hay que exigir (...y de paso leer, claro) las instrucciones de uso, que deben venir escritas en castellano, como aconseja Daniel Vega, portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE).
Vega tampoco se olvida de enumerar las siguientes recomendaciones básicas: Si los juguetes vienen envueltos en bolsas de plástico, éstas hay que retirarlas de inmediato para evitar el riesgo de asfixia en el niño; los juguetes eléctricos deben indicar la potencia máxima (pues ninguno puede llevar más de 24 voltios de tensión) y tienen que contar con las medidas adecuadas para proteger de quemaduras y descargas eléctricas a los pequeños; las piezas pequeñas y las partes separables de cualquier juguete destinado a niños menores de 36 meses deben ser lo suficientemente grandes como para que los pequeños no puedan tragarlas; si se opta por un videojuego, conviene comprobar su contenido y la edad recomendada para verlo; hay que guardar cuidadosamente la factura de la compra, y recordar el derecho que todo consumidor tiene para devolver cualquier juguete si éste es defectuoso, si su descripción no corresponde al etiquetado, si no aparece el marcado CE, si no contiene las instrucciones de uso, o, entre otras cuestiones, si carece del asesoramiento para la utilización segura del juguete.
«Juguetes adecuados»
Del mismo modo, el Ministerio de Sanidad y Consumo insiste a su vez en que hay que elegir los «juguetes adecuados», lo que implica que «se debe prestar mucha atención a los datos que figuran en sus cajas o embalajes», sin olvidarse de «la edad recomendada, el sello de la CE, la dirección del fabricante y las instrucciones de uso en castellano».
Asimismo, aconseja comprar «productos que no fomenten roles sexistas ni la violencia», y que sean «educativos y estimulen las capacidades y habilidades creativas». Por último, dicho Ministerio se decanta por los «juguetes realizados con materiales reciclados», o por los que «colaboran con proyectos humanitarios».
Por su parte, la Asociación Pro Derechos Civiles Económicos y Sociales (Adeces) insiste en que, antes de comprar un juguete, debe considerarse la edad del niño, la seguridad y el precio del juguete.
Y precisamente tocante al precio, quizás no esté de más recordar que el ahorro medio en un juguete puede llegar hasta el 20 por ciento, dependiendo del establecimiento en el que se adquiera, según un reciente estudio de la OCU sobre los precios de 42 juguetes en 15 ciudades españolas.
Por lo demás -y sobre todo después de una retahíla tan larga de advertencias-, también es de justicia subrayar que en esta lucha contra los juguetes inseguros hay mucha gente implicada. Gente, sí, responsable y consciente, que por nada del mundo quiere un disgusto de consecuencias no pocas veces dramáticas, según ha podido comprobar ABC al hablar con portavoces autorizados de distintos estamentos sociales y empresariales relacionados con los juguetes. Son, claro está, la gran mayoría, pero bien es verdad que no es oro todo lo que reluce, y de ahí que todos -porque todos somos consumidores- debamos ser cautos y sabios al escoger el juguete adecuado para el niño elegido en la tienda pertinente.

Decálogo esencial e imprescindible
1.No se deje llevar por la publicidad, especialmente la televisiva.
2.No siempre un producto más caro es mejor. Las marcas no deben suponer ninguna razón de peso al comprar un juguete.
3. Compare precios pues la diferencia entre distintos comercios llega al 20 por ciento.
4. Cuidado con los embalajes, y más si son bolsas de plástico.
5. Compre sólo juguetes con etiquetado, que garantiza las exigencias europeas de seguridad.
6. Exija que las instrucciones sean claras y estén en castellano.
7. Los juguetes eléctricos deben indicar la potencia y el consumo.
8. Si el juguete va destinado a niños menores de 36 meses, las piezas pequeñas tienen que ser lo suficientemente grandes como para que no se las puedan tragar.
9. No olvide la edad del niño a la hora de comprar su regalo.10. Guarde la factura, pues tiene derecho a devolver el juguete si éste es defectuoso.

ABC, Lunes 15 de diciembre de 2008

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