martes, 16 de diciembre de 2008

El fiasco de los suplementos vitamínicos

ANTONIO GONZÁLEZ - Madrid -
Varios estudios publicados en las últimas semanas han demostrado que los suplementos vitamínicos no son, como pensaban muchos usuarios y publicitan algunas farmacéuticas, la panacea para evitar algunas de las enfermedades que más muertes provocan en las sociedades occidentales, como son las dolencias cardiovasculares y varios tipos de cáncer.
En el caso del cáncer, dos amplios estudios publicados la pasada semana en la revista de la Asociación Médica Americana (JAMA) dejaban claro que los suplementos de vitamina C y E, así como la asociación de vitamina E con selenio, no reducen el riesgo de padecer cáncer de próstata, ni tampoco otros tipos de tumores. Otros dos estudios hechos públicos en noviembre llegaron a conclusiones similares en relación con la vitaminas D, B6 y B12 y el cáncer de mama.
El autor del editorial que acompaña a los dos últimos estudios, el profesor Peter H. Gann, de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) explica a Público que no hay suficiente evidencia científica por ahora “para recomendar tomar estos suplementos para prevenir el cáncer o las enfermedades cardiovasculares”. Gann asegura que la dieta sigue siendo la mejor manera de alcanzar los niveles necesarios de vitaminas.
Y es que los expertos recuerdan que estos suplementos sólo deben consumirse en casos concretos de carencia –como ocurre en las embarazadas que precisan ácido fólico– pero que las personas sanas que ingieren una dieta equilibrada ya consumen la cantidad necesaria de vitaminas, que es un nutriente esencial para el buen funcionamiento del organismo.
En lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares, otros datos procedentes de uno de los estudios anteriores, realizado sobre 15.000 médicos a lo largo de ocho años, revelan también que no hay vinculación alguna entre suplementos de vitaminas C y E y prevención de las enfermedades cardiovasculares. “Los últimos estudios revelan que no se deben tomar suplementos de vitaminas para prevenir problemas cardiovasculares”, explica José Ramón González Juanatey, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Santiago de Compostela. “La polémica ha quedado zanjada”, explica el especialista, que señala que en EEUU, y también en España, “hay mucha gente que toma estos productos con esa indicación”.

Alimentación variada
Por su parte, la jefa de la sección de Nutrición del Hospital Central de Asturias, Pilar Enterría, considera que, aunque “se ha generalizado el concepto de que tomando suplementos de vitaminas se está más sano y se previenen enfermedades, lo único realmente probado es que una alimentación variada se acompaña de un mejor estado de salud y previene diversas patologías”. A su juicio, esto se debe a que los nutrientes presentes en los alimentos tienen propiedades que se complementan, “y el efecto de los suplementos de vitaminas en forma de pastillas no es el mismo”. Además, advierte de que tomar suplementos “puede hacer pensar a la gente, y de hecho así es en la mayoría de los casos, que están teniendo unos hábitos sanos y descuidan la dieta”.
Pero no todos los ciudadanos siguen dietas equilibradas, advierte Jordi Roig, asesor médico de Merck Farma y Química, el laboratorio que lanzó la vitamina C al mercado en 1934. “Decimos que con la dieta mediterránea, rica en frutas y verduras, no haría falta tomar suplementos de vitaminas, pero en la práctica no todo el mundo sigue la dieta mediterránea ni toma cuatro o cinco piezas de fruta al día”, explica. Lo que sí está claro, en su opinión, es que quienes sufren carencias nutricionales, por ejemplo debido a una dieta de adelgazamiento, o aquellos con estados fisiológicos especiales, como las embarazadas, deben tomar suplementos de vitaminas.
Sin embargo, contabilizando sólo los suplementos que se venden como medicamentos –las vitaminas se pueden encontrar también en alimentos enriquecidos– se consumieron en España el año pasado más de cuatro millones de envases, con un valor de más de 27 millones de euros, según datos de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP).
En cualquier caso, Roig indica que, incluso en caso de consumo excesivo, “es muy raro que las vitaminas hidrosolubles, como la C y la B –los tipos más vendidos en España– puedan dar problemas”.
En cuanto a los alimentos enriquecidos, María Manera, responsable de comunicación científica de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, señala que pueden ser necesarios en casos concretos. Es lo que ocurre con los vegetarianos estrictos, que deben tomar productos enriquecidos para cubrir sus necesidades de B12, presente solo en productos animales. Pero incluso en este caso hace falta contar con el consejo de un profesional.
Radiografía de un nutriente esencial

¿Qué son las vitaminas?
Las vitaminas son micronutrientes esenciales que el organismo no es capaz de sintetizar, por lo que deben adquirirse a través de la dieta. No aportan calorías, pero son esenciales para regular reacciones metabólicas.
¿Qué cantidad hace falta?
Los requerimientos diarios son muy bajos –por debajo de un gramo– y por eso se denominan micronutrientes.
¿cuántas hay?
Las 13 vitaminas descritas se dividen en dos grupos según se transporten en agua –hidrosolubles– o en grasa –liposolubles–.
¿Pueden producir intoxicación?
En el caso de las hidrosolubles, como la vitamina C, el ácido fólico o la B12, su ingesta excesiva no plantea apenas problemas, porque se eliminan por la orina. En el caso de las liposolubles, como la A, la E o la D, ingerirlas en exceso puede causar importantes problemas de salud por toxicidad.
¿Cuándo hay que tomar aportes extra?
Cuando una persona tiene carencias de vitaminas por mantener una dieta inadecuada o sufrir enfermedades que dificultan la absorción intestinal de estos micronutrientes, hay que recurrir a los suplementos. No están indicados para la población general, y lo mejor es tomarlos tras la indicación de un médico o el consejo de un farmacéutico.
¿Se consumen muchos suplementos?
La mayoría de los expertos coinciden en que existe un consumo excesivo de estos productos, en los que los españoles se gastaron el año pasado 27 millones de euros, según datos de la Asociación para el Autocuidado de la Salud.
¿Valen para curar o prevenir enfermedades?
Según han acreditado en las últimas semanas varios estudios científicos presentados en Estados Unidos, no sirven para evitar el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, aunque hay excepciones: el ácido fólico evita malformaciones en el feto si se toma antes del embarazo.
PÚBLICO, Martes 16 de diciembre de 2008

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