lunes, 15 de diciembre de 2008

La rebaja de tipos no llega a los clientes

VIRGINIA ZAFRA
El Banco Central Europeo era hasta hace poco un gran desconocido para la ciudadanía de a pie. Ahora, sus decisiones empiezan a interesar.
Las últimas bajadas del precio del dinero –1,75 puntos en dos meses, hasta el 2,5%– se han celebrado en muchos hogares y empresas como si hubiera tocado la lotería. Pensaban que así sus créditos bajarían de precio. Pero no ha habido forma de cobrar el premio. Es como saber que ha tocado pero no encontrar el billete.
Los tipos de interés oficiales han bajado, pero los hogares lo están disfrutando poco. El Euribor va bajando, pero más lento, y, por culpa de la desconfianza entre bancos, está en el 3,5%, cuando debería estar por debajo del 2%, ya que en condiciones normales anticipa dónde se situarán los tipos oficiales dentro de doce meses. Sólo los hogares que revisen dentro de unas semanas el tipo de interés de sus hipotecas comenzarán a notar las bajadas del indicador.
Mientras, los que contratan nuevos préstamos descubren que los precios están por las nubes, cuando tienen suerte de que la entidad les considere solventes para darles dinero. Los hogares contrataron en octubre los créditos al consumo a un tipo medio del 11,225%, más del doble de lo que entonces pagaban las entidades al BCE para que les prestase ese dinero y cuatro veces más de lo que pagan ahora.
Y a las empresas tampoco les regalan los créditos ni se los han abaratado desde que empezaron a bajar los tipos. De hecho, a las pymes se los han encarecido tres décimas de media, hasta situarlos en el 6,968%. A las grandes compañías, las que solicitan préstamos de más de un millón de euros, se los han mantenido en el entorno del 5,65%.

Cambio de consecuencias
Esta situación contrasta con la que se dio en la crisis anterior, la de principios de los 90. Entonces, el Banco de España, como ahora hace el BCE, abarató rápidamente el precio del dinero para estimular el crecimiento económico y los precios de los créditos bajaron en consonancia.
Ahora no sólo no está ocurriendo eso sino que, además, las bajadas de tipos han llegado para mal. Y es que donde se están reflejando de verdad y de manera inmediata es en el precio de los depósitos. Hasta octubre, con los tipos en el 4,25% y con la fuerte competencia que se desató para captar liquidez, las empresas y los particulares estaban consiguiendo interesantes rentabilidades por sus ahorros.
Juan, propietario de una empresa de tamaño medio, explica que en septiembre las entidades se rifaban sus ahorros. “Pero ahora ya no me dan lo que les pido”, se lamenta. “Ya nadie quiere pagarme el 7% que me daban entonces. Quiero invertir 300.000 euros y sólo hay un par de entidades que me ofrecen más del 5,5%, pero supongo que será porque no andan muy bien”, dice. ING Direct, una de las entidades que habitualmente más rentabilidad ofrece en sus depósitos, pagaba en octubre un 6% en depósitos a cinco meses a cualquier cantidad, y ahora lo máximo que paga es un 4% a seis meses y siempre que se invierta un mínimo de 50.000 euros.
La justificación de la desaparición de las ofertas es sencilla aunque paradójica. Las ayudas del Gobierno y del BCE están haciendo caer la remuneración de los depósitos, cuando su objetivo era reactivar la concesión de créditos, algo que por ahora no están logrando, a juzgar por las quejas de autoridades, particulares y empresarios. Las entidades españolas tienen en sus balances los 9.339 millones que les ha inyectado el Estado con las subastas de activos y, además, barra libre de liquidez en el BCE al 2,5%.
Sólo en noviembre captaron con esta fórmula casi 59.000 millones, más de 10.000 millones más que a mediados de año y 40.000 millones más que antes de la crisis. Por eso ya no tienen que pelearse por el dinero de sus clientes, ni pagarles lo que pidan. Así que la lotería ha debido tocar, pero los réditos están todavía por verse.
Las excusas de la banca
Más riesgo
Las entidades justifican que no pueden bajar los precios de los créditos porque con las condiciones actuales de la economía española asumen mucho más riesgo cada vez que conceden financiación. De alguna manera tienen que compensar el riesgo de morosidad, dicen.
Menos negocio
Además, explican que con la desaceleración económica y con la caída de los mercados de valores están disminuyendo sus fuentes de ingresos. Con los mayores márgenes que tienen al mantener los precios de sus créditos mientras bajan los tipos compensan los descensos de sus ingresos. Las cuentas tienen que salir como sea.
PÚBLICO, Lunes 15 de diciembre de 2008

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