lunes, 1 de diciembre de 2008

El dinero estará en mínimos en 2009

J. SÉRVULO GONZÁLEZ / CRISTINA DELGADO - Madrid -
Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), en plena tormenta financiera, mantuvo el tipo. A pesar de que en EE UU la Reserva Federal (Fed) comenzó una escalada de recortes en el precio oficial del dinero, al BCE le preocupaba la inflación, y se atrincheró en el 4% de interés. Sin embargo, cuando en septiembre cayó el gigante financiero Lehman Brothers y desencadenó un colapso financiero, Trichet cambió la estrategia. El jueves, previsiblemente, con la "amenaza de inflación más atenuada" en la zona euro, bajará por tercera vez consecutiva los tipos. Desde el 3,25% actual, se espera que los recorte otro medio punto. Los expertos creen que ésta no será la última vez. Para 2009 auguran un dinero mucho más barato. Algunos analistas hablan incluso del 1%.
La bajada de la semana próxima será la contribución de Trichet a paliar la hemorragia de la depresión financiera. Una sangría provocada porque la desconfianza se ha instalado en los mercados e impide que el dinero fluya desde los bancos hasta los consumidores y empresas. Una nueva rebaja del precio del dinero ayudará a relajar la situación. Pero los expertos se preguntan hasta qué limite se atreverá Trichet a bajar los tipos.
El último análisis de mercado de Citigroup rebaja sus previsiones hasta el 1% a mediados de 2009. "No descartamos que las tasas puedan llegar a cero en algún momento del año", asegura en un informe. El banco alerta de que la "profunda recesión está llevando a la inflación a niveles inferiores a los previstos por el BCE", por eso, sus analistas advierten del riesgo de deflación y recomiendan una rápida rebaja de tipos. En la misma línea, Pablo Guijarro, economista de Analistas Financieros (AFI), prevé que el BCE continuará rebajando el interés durante el primer semestre de 2009, hasta el entorno del 1,5%. La misma tasa que calcula el economista jefe del BBVA, José Luis Escrivá, quien no descarta más descensos. Guijarro remarca que "es importante que la entidad actúe rápido para reforzar las políticas de estímulo fiscal de los Gobiernos".
Son muchas las firmas profesionales que ven claras las bajadas, aunque difieren en el conservadurismo o no de Trichet. Un estudio elaborado por UBS sobre estrategia de inversión prevé que "el BCE recortará los tipos hasta el 2,5% antes del otoño del próximo año". Un reciente análisis de Ahorro Corporación considera que el tipo para el próximo ejercicio tendrá un "sesgo bajista" y apunta al 2%, igual que las perspectivas que baraja el holandés ING, cuyos analistas añaden que pueden caer "incluso más abajo". Deutsche Bank se decanta por los cambios radicales. "Otro recorte de tipos del 0,5% en diciembre no sería suficiente: pensamos que los tipos bajarán al 1,5% hasta el verano de 2009". La firma JPMorgan, en la línea de Citigroup, calcula que la tasa descenderá hasta el 1% en el segundo trimestre de 2009. Barclays, que estima el 2%, piensa ya en el siguiente paso: "El BCE probablemente querrá subir los tipos tan pronto se aclare el panorama", explica en un informe de noviembre.
Juan José Rubio Guerrero, vicerrector de la Universidad de Castilla-La Mancha, considera que el organismo presidido por Trichet será conservador. "No reducirá el precio del dinero por debajo del 2%, estará en torno al 2,25% en función del comportamiento de la inflación". Rubio vincula la actuación del BCE a la seguida por la Fed. "No se puede mantener un diferencial muy alto con la Fed". El catedrático de Hacienda Pública explica que unos tipos bajos funcionan como un foco de inversión exterior. "Es más barato financiar las inversiones en EE UU, y Europa no puede permitírselo", apostilla. Trichet buscará un equilibrio entre crecimiento económico y estabilidad de precios porque no puede comprometer la salida de la crisis. La medida, que nadie descarta, es criticada por varios analistas y expertos, que opinan que llega tarde. Incluso el FMI, a pesar de animar a los Gobiernos a poner en marcha estímulos monetarios, duda de su utilidad. "Es posible que no basten las políticas monetarias, ya que las dificultades financieras y el desapalancamiento [necesidad de reducir el endeudamiento respecto a los recursos] podrían restarle eficacia a la dimensión monetaria", comentó el organismo hace unas semanas.
"Lo que habría que plantearse es si la política monetaria actual del BCE es adecuada", plantea Alfonso Novales, catedrático de Análisis Económico en la Universidad Complutense de Madrid. "Antes de agosto de 2007 ya se veía que el crecimiento de la economía se estaba frenando. Pero el único objetivo que marca las actuaciones del BCE está vinculado a la inflación. Si los objetivos de política monetaria abarcaran más factores, se podrían haber considerado acciones antes", razona. Para Novales, la próxima bajada no garantiza una solución. "El problema no radica en la falta de liquidez de los bancos, sino en su política de créditos", explica. "Habría que plantearse cómo exigirles una contrapartida a las entidades. La sociedad les da dinero, pero no se les está obligando a repartirlo", zanja.
Pablo Guijarro de AFI coincide con este argumento. "El problema es que el dinero no circula. Los mercados son ahora menos sensibles a los cambios en los tipos", explica. "El impacto va a existir, pero no se producirá el efecto de otras ocasiones cuando se aumentaba la inversión y se reducía el ahorro", precisa. Si no hay dinero, el tipo no importa.

La desconfianza del Euríbor
Cuando una persona no confía en otra se distancia de ella. Algo parecido ocurre en los mercados financieros, donde la diferencia se representa con los tipos de interés.
La distancia entre el tipo de interés oficial del dinero, al que el BCE presta el dinero a los bancos, y el Euríbor, la tasa a la que se prestan los bancos entre sí, se ha agrandado con la crisis. El tipo de interés interbancario, Euríbor, tiene una prima de riesgo muy elevada. Es un problema de confianza entre las entidades. "Esperamos que el diferencial de tipos se estreche no sólo por las políticas monetarias de los bancos centrales sino por la convergencia en las políticas monetarias", explica Pablo Guijarro, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). El experto indica que este diferencial se reducirá, pero "se mantendrá elevado por la gran desconfianza entre bancos".
En el último informe elaborado por el BBVA, el economista jefe de la entidad, José Luis Escrivá, asegura que "la prima de riesgo es enorme y dificulta las previsiones". El estudio revela que antes del estallido de la crisis el diferencial entre ambas tasas era de algo menos de un cuarto de punto. En octubre, cuando arreciaban las turbulencias financieras, esta diferencia creció hasta más de dos puntos. "Las primas por riesgo y liquidez se mantendrán muy superiores a las vigentes antes de la crisis, durante un periodo prolongado", señala el informe del BBVA.
El vicerrector de la Universidad de Castilla La-Mancha, Juan José Rubio, coincide con esta apreciación y señala que el diferencial introduce rigidez al sistema, reduciendo el efecto de las políticas monetarias. Alfonso Novales, catedrático de Análisis Económico en la Universidad Complutense, asegura que "no es extraño que el Euríbor no se ajuste de la noche a la mañana". "Con estos descensos de tipos tan seguidos es difícil saber si se está reduciendo el diferencial proporcionalmente o no".
EL PAÍS, Lunes 1 de diciembre de 2008

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