lunes, 1 de diciembre de 2008

Cuando el precio compite con la calidad, la variedad y la situación

IVANA PADIERNA/ANDRÉS NEF - Barcelona -
A las siete de la tarde, la entrada del supermercado de la planta baja de El Corte Inglés de Diagonal presenta un tráfico denso. Una muchedumbre entra y sale con bolsas y carros rebosantes de comida. Nada indica que nos encontramos ante el supermercado más caro de Barcelona.
Bajo los grandes adornos navideños, una madre treintañera se sorprende al saberlo y asegura que la variedad de productos es lo que más le convence del local. "Vengo a comprar aquí muy a menudo, casi cada semana. Es verdad que los productos son más caros que en otras tiendas, pero aquí encuentro todo lo que me piden las niñas", explica Cristina. "Además, es lo que más cerca me queda del trabajo", añade.
Un paseo por este súper demuestra que no todo es el precio cuando se trata de llenar la despensa. Oferta, calidad y situación también cuentan mucho. En el pasillo de los vinos una pareja discute sobre cuántas botellas serán suficientes para la cena de mañana. Carlos y Arantxa no hacen la compra del mes en este súper porque "la economía se iría a pique". Con el carro casi vacío, ambos discuten cada producto que van a pagar. "Aquí venimos a comprar marcas concretas, o cuando tenemos invitados en casa y queremos quedar bien", confiesa Carlos. "Comprar aquí es algo eventual", reafirma su novia.
Sin embargo, gran parte de las personas que pasean por los estantes del amplio supermercado adquieren aquí la mayoría de los productos que tienen en la nevera.
"Cada mes lleno un carro enterito", dice Adam, diseñador gráfico. Este cliente habitual del Corte Inglés, que vive solo en un piso de la Avenida Diagonal, no se muestra sorprendido al conocer que adquiere los alimentos con el precio más alto de Barcelona. "Prefiero gastar más a tener que comprar marcas que no me gustan porque no hay de la que quiero o se ha terminado", explica convencido. Es lo que tiene gozar de una buena posición económica y no afrontar cargas familiares.
La sorpresa de Caprabo
Aunque las colas para pagar en caja sean largas, nadie diría que Caprabo de la calle Marqués de Campo Sagrado, en Poble Sec, es el establecimiento de alimentación más barato de toda Barcelona. Pero todo tiene una explicación. "Con la fusión con Eroski, Caprabo ha podido bajar los precios. Y también está la promoción de 2X1 que afecta a casi la mitad de productos de este establecimiento. Por eso creo que la gente viene aquí a comprar", asegura Sandra, la segunda jefa de planta.
"Hombre, aquí vengo a comprar lo que no encuentro en otros súper, cosas de marca, buenas."-, aclara Iñaki, cliente habitual del establecimiento, "aunque, también te digo, por aquí no hay muchos Caprabos, y para según qué cosas sí que vale la pena venir, pero porque sea barato, no, ni hablar", añade un poco molesto, como si hubiéramos descubierto su secreto.
Son muchos los clientes que, preocupados por la crisis económica, han decidido dividir su compra en dos o incluso en tres establecimientos. Es el caso de Mercedes, una ama de casa que realiza la mitad de su compra en un lugar y la mitad en otro. "Las verduras aquí son más caras, pero por otro lado si te llevas un paquete de pañales, te dan otro, ¡y eso si que interesa!", declara. Por todo ello, parece que nadie quiere creer que existe un lugar donde su compra pueda resultar globalmente más barata. Es más, las personas prefieren pensar que se encuentra en medio de una guerra de precios de la que, si buscan y rebuscan, pueden salir más o menos airosas.
PÚBLICO, Martes 2 de diciembre de 2008

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