martes, 16 de diciembre de 2008

Cerebro: Usarlo o Perderlo

PILAR QUIJADA
Aunuqe la medicina ha avanzado notablemente en el tratamiento de los desgastes propios de la edad - prótesis de cadera o rodilla, stents, trasplante de órganos, etc - aún dista mucho de estar en disposición de poder reparar piezas clave del cerebro, como el hipocampo, responsable de los procesos de memoria y aprendizaje, o hacer frente a las enfermedades neurodegenerativas.
España está entre los países con una mayor esperanza de vida y la generación de "baby boom" (1957-1977), muy numerosa, ya está envejeciendo y desea cumplir años con la mente en perfectas condiciones. Son muchas las investigaciones que se afanan en descubrir el "elixir de la eterna juventud del cerebro" aún sin éxito. De momento, los resultados apuntan a la importancia de evitar el "sedentarismo mental", que anquilosa las neuronas igual que la falta de ejercicio debilita los músculos. No hay que olvidar que en el cerebro rige una máxima implacable:"lo que no se usa, se desecha".
Algunos sencillos consejos pueden ayudar a engrasar la maquinaria "cognitiva", encargada de mantener funciones tan cruciales como la forma en que aprendemos, pensamos, percibimos y recordamos. En definitiva, una maquinaria que asegura una buena calidad de vida a medida que cumplimos años.
1. Dieta
Vitaminas antiedad
Una alimentacion equilibrada, rica en antioxidantes, como las vitaminas E y C, constituye el mejor protector "antiedad" del cerebro. En 2001, investigadores de la Universidad Memorial de Terranova demostraron que la carencia de estas vitaminas repercute negativamente en la función cognitiva. Las frutas y verduras y los ácidos grasos poliinsaturados, presentes en el aceite de oliva y en el pescado, son muy efectivos para combatir las moléculas implicadas en el envejecimiento del organismo y en especial de las neuronas: los radicales libres. Por el contrario, una alimentación rica en azúcares contribuye a acelerar el envejecimiento celular:"Come menos y vive más" es un buen consejo a seguir, en especial en estas fechas navideñas en las que las comidas copiosas son casi la norma. En general las mismas pautas que rigen para mantener un corazón fuerte y sano, son beneficiosas para mantener el cerebro en forma.
2. Chequeos
Vitaminas antiedad
Una presión arterial baja o el estrechamiento de los vasos sanguíneos que produce la arteriosclerosis son responsables de la disminución del flujo de oxígeno y nutrientes al cerebro, con el consiguiente mal funcionamiento. Los niveles de colesterol y azúcar deben mantenerse a raya. No sólo comprometen la salud física, sino también la mental. Estudios recientes publicados en la revista "Neurology" indican que las deficiencias en la secrección de insulina, la intolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina, propias del sobrepeso y la obesidad, están asociadas a un mayor riesgo de desarrollar demencia y deterioro cognitivo. Los chequeos periódicos garantizan que nuestro cerebro reciba los nutrientes y el oxígeno necesariopara funcionar con lucidez.
3. Estrés
El peor enemigo
Esa sensación de prisa y falta de eficacia que produce el estrés se materializa en nuestro cuerpo a través de una hormona denominada cortisol, que cuando se eleba tiene efectos perniciosos sobre el organismo al acelerar la destrucción ósea y el deterioro cognitivo. Que se eleve no depende tanto de las exigencias externas como de la percepción que tengamos de nuestra capacidad para hacerlas frente. Como decía muy sabiamente Epícteto hace 2000 años, no son los acontecimientos de la vida diaria los que nos hacen sentir mal, si no lo que pensamos sobre ellos. Las valoraciones que hacemos sobre lo que nos ocurre son las que disparan el estrés. Hay que empezar a ver al psicólogo como un preparador psicológico que nos ayuda a poner a punto nuestra mente y evitar los malos hábitos de pensamiento, que repercuten seriamente en la salud. Ejercicios como el taichi, que requiere concentración en los movimientos y estimula el sistema de equilibrio, ayudan a conseguir que la mente se sosiegue. En general, sirve cualquier actividad que nos ayude a desconectar de las preocupaciones diarias.
4. Ejercicio
Mente sana
Esta vieja máxima cada vez tiene más evidencias científicas. La práctica regular de ejercicio aumenta el flujo sanguíneo cerebral y disminuye el riesgo de padecer demencias. Estimula los lóbulos frontales, que aseguran el correcto funcionamiento cognitivo del cerebro y favorece la creación de nuevas conexiones cerebrales. Tal y como han probado algunas investigaciones, caminar a buen paso estimula la producción del factor de crecimiento neural. Estudios recientes del equipo de Jose Luís Trejo, del Instituto Cajal del CSIC, demuestran que una proteína denominada IGF1 que regula la formación de conexiones entre las neuronas, necesarias para aprender y memorizar, se forma durante el ejercicio. Además estimula la corteza sensorial y motora. Cuarenta minutos diarios tres veces a la semana son el mínimo imprescindible, según los expertos.
5. Vida social
Mejor en compañía
El contacto con otras personas es uno de los mejores estimulantes para el cerebro. Investigaciones recientes han demostrado que un estilo de vida socialmente activo tiende a disminuir el riesgo de desarrollar demencia con la edad. Un estudio llevado a cabo en el Instituto Karolinska de Suecia entre dos mil personas demostró que aquéllas que viven en soledad tienen un riesgo seis veces mayor de desarrollar alguna demencia que quienes viven en pareja. La causa estaba en que la vida en pareja conlleva una considerable estimulación social e intelectual muy beneficiosa para el cerebro.
6. Sueño
Puesta a punto
Igual que el estrés, la falta de sueño tiene efectos negativos sobre la memoria y el estado de ánimo. Mientras dormimos se lleva a cabo un proceso de reparación y restauración de lo que vamos a necesitar durante el día: segregamos hormonas, recomponemos tejidos, ponemos a punto el sistema inmune, se crean nuevas conexiones neuronales y se memoriza lo aprendido. No en vano nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Además como el "disco duro" del cerebro tiene capacidad limitada, durante el sueño se lleva a cabo una limpieza, para eliminar lo que no se necesita y fijar lo que es importante recordar. Y es que, según los expertos, tan importante es aprender como olvidar.
7. Hábitos saludables
Eliminar tóxicos
Un uso excesivo del alcohol o el tabaco aumenta la probabilidad de deterioro de las funciones cognitivas. La obesidad, producto del sedentarismo y dietas desequilibradas, también pasan factura. Y desde el punto de vista psicológico, una actitud pesimista, según los expertos, acorta la vida, disminuye la creatividad, conlleva estados de ánimo negativos y nos induce al aislamiento. Ver la botella medio llena es más saludable que verla medio vacia, y el contenido del líquido es el mismo en ambos casos. Un talante optimista, por contra, aumenta la creatividad, disminuye los enfrentamientos en las relaciones sociales, muy efectivas para garantizar una adecuada red de apoyo social. Además, enfrentarnos a la vida con ciertas dosis de optimismo inteligente y realista, disminuye la sensación de estrés, un factor muy influyente en el deterioro de las neuronas.
8. Gimnasia cerebral
Se usa o se pierde
El cerebro de las personas que hacen ejercicios cognitivos con regularidad se deteriora menos. Michael Merzenich, un neurocientífico de la universidad de California especializado en mejorar la capacidad cognitiva ha demostrado que ejercitar el cerebro puede ser tan eficaz como los medicamentos para tratar enfermedades tan graves como la esquizofrenia. Antes de sus investigaciones el cerebro se veía como una máquina compleja con límites inamovibles en cuanto a memoria, velocidad de procesamiento e inteligencia. Él ha demostrado que todas esas suposiciones eran incorrectas. La mejora en la capacidad cognitiva son posibles a cualquier edad, según este experto. Y es que la las sinapsis - que permiten la transmisión de impulsos de impulsos de una célila nerviosa a otra y garantizan el buen funcionamiento del cerebro - se refuerzan con su uso frecuente. Mientras lee esta información está fortaleciendo sus sinapsis. Y es que en el cerebro rige el principio de "lo que no se usa, se pierde". Mantener las neuronas que no se usan con riego sanguíneo, oxígeno y energía es una pérdida de energías y deshacerse de ellas aumenta la eficiencia. Haga crucigramas, resuelva juegos mentales, aprenda nuevas habilidades, lea libros, escriba, busquese hobbies. Su cerebro, sin duda, se beneficiará de ello.
9. Actividades nuevas.
Elixir de la juventud
Morirse de aburrimiento es una expresión casi literal para nuestro cerebro. Según los expertos, nada acelera tanto la atrofia mental como permanecer mucho tiempo en un mismo entorno en el que no haya cambios. La monotonía reduce los niveles de dopamina y los sistemas de atención, fundamentales para mantener la plasticidad neuronal, esencial para el correcto funcionamiento cerebral. Aprender nuevas habilidades mantiene el forma la mente, capaz de desarrollar nuevas destrezas a cualquier edad. El músico Pau Cassal seguía practicando a los 99 años porque veía que estaba haciendo progresos. Y es que según Merzenich, para mantener el cerebro en forma hay que parender cosas nuevas en lugar de limitarnos a practicar las ya aprendidas. Si el ejercicio promueve la creación de nuevas neuronas en zonas cerebrales como el hipocampo, el aprendizaje de nuevas destrezas ayuda a prolongar la vida de las que ya tenemos, como han demostrado estudios con animales de laboratorio.
10. Música
Efecto Mozart
La música hace que el cerebro trabaje mejor. Al menos es lo que ocurre al escuchar determinados tipos de melodías, como las del genial y precoz compositor Mozart. Al parecer la cadencia de las obras del compositor austriaco propician la relajación, la concentración, la memorización, la creatividad y el análisis. Aunque no hay un total consenso sobre todos estos beneficios, lo que si parece probado es que quienes tocan algún instrumento musical tienen la corteza cerebral más desarrollada. Incluso sólo con imaginar que ejecutan un pieza, los músicos promueven la formación de nuevas sinapsis, los puntos de comunicación del cerebro. Para quienes no se atrevan a emular a los profesionales de la música, no hay que olvidar que la voz humana es también un onstrumento musical, para algunos el más perfecto y tal vez más asequible que el resto. No es de extrañar que el refranero haya recogido del acervo popular el dicho de que "quien canta su mal espanta", al parecer muy cierto para el cerebro.
Después de repasar este decálogo - y ahora que estamos a punto de celebrar el bicentenario del nacimiento de Darwin y el siglo y medio de la publicación de su teoría sobre la evolución de las especies - la idea de la supervivencia de los más aptos sigue estando muy vigente en lo que a organización estructural de nuestro cerebro se refiere. Tal y como decía Ramón y Cajal podemos modelar nuestro cerebro, dentro de ciertos límites, a condición de que no dejemos que el paso del tiempo haga desaparecer por falta de uso las conexiones que establecimos en el pasado. Y lo que es mejor, la edad no es determinante para crear otras nuevas.
ABC SALUD, Sábado 13_12_2008

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