lunes, 31 de marzo de 2008

Lineker no puede vender patatas fritas a los niños

Las organizaciones de consumidores piden que se ponga fin al uso de juguetes en anuncios de productos altos en grasas.

Eric Pfanner
Paris. Gary Lineker, antiguo capitán de la selección de fútbol inglesa, fue conocido por su habilidad para no hacer caso al silbato de los árbitros.
Por eso, cuando una publicación británica de márketing contó la semana pasada que Walkers (marca de patatas fritas) había sacado tarjeta roja a Lineker, y había acabado con su contrato de 13 años como imagen de la marca de patatas, los activistas anti-obesidad lo interpretaron como un logro propio. Llevaban tiempo quejándose del uso del futbolista Lineker como imagen publicitaria, y argumentaban que su sonrisa maliciosa animaba a los niños a comer más patatas de las que deberían.
¿Fin de la historia? Ni mucho menos
Pepsico, compañía propietaria de Walkers, rápidamente desmintió el artículo. Lejos de deshacerse de Lineker de su publicidad, explicó Pepsico, Walkers había firmado un nuevo contrato con él de otros tres años.
Este movimiento hacia adelante y hacia atrás, es típico en el debate abierto sobre el márketing de productos altos en grasas, azúcar y sal. Ante la próxima reunión en mayo de los miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los grupos anti-obesidad, y la industria de la alimentación, se están acusando de estar desinformando al público.
Todos los actores de este debate están poniendo sobre la mesa sus posiciones en el debate”, dijo Luke Upchurch, portavoz en Londres de Consumers International, organización que representa a más de 200 grupos en países de todo el mundo.
Junto a la organización International Obesity Task Force, un grupo de profesionales de la salud, Consumer International, ha propuesto un “código global” que regule el márketing sobre comida, dirigido a niños. Entre las medidas que sugieren, incluyen una prohibición para que la radio o la televisión emitan publicidad de comida basura entre las 6.00 de la mañana y las 21.00 horas.
Estos grupos quieren también que internet, y otros nuevos medios, como la teléfonía móvil, estén libres de anuncios sobre comida poco saludable, a cualquier hora del día o de la noche. Y han solicitado que se ponga fin al uso de juguetes, famosos y dibujos animados para promocionar cereales azucarados, refrescos, patatas fritas y productos del estilo.
La propuesta puede parecer ambiciosa en su enfoque internacional. Incluso en Inglaterra, donde el incremento de la tasa de obesidad en la infancia se ha convertido en un tema favorito de las conversaciones de sobremesa, la industrias alimentaria y publicitaria, consiguieron recientemente anular propuestas para una prohibición de anuncios en televisión de comida basura antes de las 21.00 horas. En su lugar, el Gobierno, explicó que había diseñado una campaña anti-obesidad diferente, aportando 75 millones de libras en publicidad.
Varias compañías de comida ya han dicho que van a dejar de anunciar productos poco saludables durante programas de televisión dirigidos a niños menores de 12 años. Aunque esta corriente contra determinada publicidad es global, está especialmente presente en Europa y Norteamérica. Pero los activistas recalcan que es necesario actuar a nivel internacional porque algunos de los incrementos más rápidos en obesidad infantil están ocurriendo en países desarrollados.
El código tiene que ser global”, insiste Upchurch. “No puede hacerse de manera aislada”. La industria de la alimentación ha reaccionado rápidamente a los activistas anti-obesidad, y los ha acusado de “secuestrar” la agenda de la reunión de los representantes de los países miembros de la OMS.
Los grupos de consumidores no tienen ninguna legitimidad para presentar esta cuestión”, dijo Malte Lohan, un portavoz de la Federación Mundial de Anunciantes.
Representantes de una y otra postura del debate, aseguran que hay una gran incertidumbre sobre si, y en qué medida, la Asamblea de Salud Mundial decidirá algo sobre obesidad. En la reunión del año pasado, los miembros de la OMS pidieron recomendaciones sobre el marketing acerca de alimentos altos en grasas, azúcar y sal, como parte de un plan más general para afrontar enfermedades como la obesidad o el alcoholismo.
La agenda de la reunión de mayo se conocerá algunas semanas antes de la asamblea, y entonces se conocerá si la propuesta del código global sobre publicidad es realidad o ficción.
LA GACETA DE LOS NEGOCIOS, Viernes 28 de marzo de 2008

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