El marketing olfativo potencia las ventas mediante el uso de aromas
Cristina MatéLo que bien huele, mejor sabe. El olfato se define como un instrumento poderoso para aumentar las ventas apelando a nuestro subconsciente.¿Ha ido alguna vez a un centro comercial y le han entrado unas ganas irremediables de entrar al cine? Lo más probable es que le haya llegado un irresistible olor a palomitas. ¿Ha entrado en una agencia de viajes y se ha visualizado luciendo palmito en una soleada playa? Quizás el olor a crema bronceadora del establecimiento, que usted no ha notado, le haya transportado a un paradisíaco destino y usted ahora sólo piensa en visitar Cancún.
Y es que, el olfato es el más fuerte de los sentidos y el más ligado a la memoria y a las emociones. Basándose en que los aromas hacen que se nos disparen los recuerdos, la empresa española Aromarketing ha desarrollado un modelo comunicativo destinado a aumentar las ventas de un establecimiento y el rendimiento de los trabajadores: el marketing olfativo.
“Ampliamos el resto de los sentidos con el olfato y creamos aromas acordes con un determinado lugar”, señala Maxi Ianini, del departamento comercial de Aromarketing.
El olor es un poderoso estimulador de la memoria, capaz de relajarnos, activarnos o llevarnos a un momento de nuestra vida. Gracias a esta técnica podemos permanecer más tiempo en una tienda o comprar un determinado artículo.
Para cada actividad hay un aroma. Los asociativos son los que hacen que, subjetivamente, relacionemos un aroma a una actividad. Existen tiendas de ropa para niños que huelen a chicle o a algodón de azúcar (aromas de la infancia) y centros de bronceado que huelen a crema para el sol o a coco (un olor que nos recuerda a las vacaciones de verano). El cliente también puede solicitar un aroma creado en exclusiva para él (aromas identificativos) con el que aromatizará su local o, incluso, sus tarjetas de visita.
¿Se acuerdan del oso Yogui, que iba volando siguiendo el rastro de la comida? Pues una marca puede conseguir que lo hagamos, reproduciendo el olor exacto del producto que desea que compremos.
¿Qué les parecería el aroma Despertarse a las siete de la mañana es un placer? Y es que Aeromarketing no descarta entrar en el mercado doméstico. Tendremos que esperar.
Y es que, el olfato es el más fuerte de los sentidos y el más ligado a la memoria y a las emociones. Basándose en que los aromas hacen que se nos disparen los recuerdos, la empresa española Aromarketing ha desarrollado un modelo comunicativo destinado a aumentar las ventas de un establecimiento y el rendimiento de los trabajadores: el marketing olfativo.
“Ampliamos el resto de los sentidos con el olfato y creamos aromas acordes con un determinado lugar”, señala Maxi Ianini, del departamento comercial de Aromarketing.
El olor es un poderoso estimulador de la memoria, capaz de relajarnos, activarnos o llevarnos a un momento de nuestra vida. Gracias a esta técnica podemos permanecer más tiempo en una tienda o comprar un determinado artículo.
Para cada actividad hay un aroma. Los asociativos son los que hacen que, subjetivamente, relacionemos un aroma a una actividad. Existen tiendas de ropa para niños que huelen a chicle o a algodón de azúcar (aromas de la infancia) y centros de bronceado que huelen a crema para el sol o a coco (un olor que nos recuerda a las vacaciones de verano). El cliente también puede solicitar un aroma creado en exclusiva para él (aromas identificativos) con el que aromatizará su local o, incluso, sus tarjetas de visita.
¿Se acuerdan del oso Yogui, que iba volando siguiendo el rastro de la comida? Pues una marca puede conseguir que lo hagamos, reproduciendo el olor exacto del producto que desea que compremos.
¿Qué les parecería el aroma Despertarse a las siete de la mañana es un placer? Y es que Aeromarketing no descarta entrar en el mercado doméstico. Tendremos que esperar.
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