Y. GÓMEZ. MADRID.
La inflación se mantuvo en febrero en el 4,4%, el nivel más alto no sólo de esta legislatura, sino de las tres últimas, ya que hay que remontarse a 1995 para encontrar niveles similares de subidas de precios.
Así se desprende del indicador adelantado del IPC Armonizado, que es el que se utiliza para comparar el comportamiento de los precios en los distintos países de la Unión Europea. Aunque habrá que esperar al dato definitivo tanto del IPC nacional como del armonizado, que se hará público el próximo 13 de marzo, desde que se publica este índice la máxima variación entre ambas magnitudes ha sido mínima, de una décima.
De acuerdo con estas cifras, por tanto, con el Gobierno de Rodríguez Zapatero se habría más que duplicado la inflación, ya que cuando llegaron a Moncloa, en marzo de 2004, el IPC estaba situado en el 2,1% (dato de febrero), y cuatro años después, en febrero de 2008, alcanza el 4,4%.
El encarecimiento de los combustibles, con el precio del barril de crudo a más de 100 dólares, unido al fuerte repunte de los alimentos explican, según el Gobierno, este comportamiento de la inflación en España. De hecho, insiste el Ejecutivo, el problema viene de causas externas al propio funcionamiento de la economía española, por lo que descarta tomar medidas puntales.
Sin embargo, y aunque estos factores del repunte de la inflación son comunes en toda la zona euro, España es el segundo país con más inflación de los quince países que comparten el euro, sólo superado por Eslovenia, que registró una subida de precios entre enero de 2007 y el mismo mes de este ejercicio del 6,4%. En el conjunto de la Eurozona la inflación se situó en enero en el 3,2%, con lo que el diferencial con España alcanzó los 1,2 puntos.
La subida de gasolinas y gasóleos, pese a la apreciación del dólar, es una de las causas del repunte inflacionista. Y es que según los datos del último Boletín petrolero de la UE, correspondientes al pasado lunes, el litro de la gasolina sin plomo de 95 octanos cuesta en España una media de 1,128 euros, mientras el del gasóleo se vende a 1,103 euros, los precios más altos de la historia, informa Efe.
Si se comparan estos precios de los combustibles con los de comienzos del año pasado, nos encontramos con que la subida acumulada por el diésel asciende al 22,5%, mientras la gasolina sin plomo del 95 es un 17,6% más cara. Con estos datos en la mano, llenar el depósito del coche de gasóleo este fin de semana costará un euro más que el anterior, y 10 euros más que hace un año.
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, lamentó ayer el dato de inflación, pero se defendió asegurando que los trabajadores no perderán poder adquisitivo gracias a las cláusulas de revisión salarial.
«Los trabajadores no van a perder poder adquisitivo, al contrario. En esta legislatura han ganado poder adquisitivo, ha subido su poder de compra, esto es positivo. Aunque el que la inflación sea elevada no es bueno, esperemos que ahora empiece a descender», dijo Caldera a su llegada a un Consejo de Ministros europeos de Empleo.
El titular de Trabajo señaló además que el dato armonizado de febrero «es el mismo del mes pasado» y añadió que «todas las previsiones e indicadores apuntan a que a partir de ahora irá descendiendo».
La inflación se mantuvo en febrero en el 4,4%, el nivel más alto no sólo de esta legislatura, sino de las tres últimas, ya que hay que remontarse a 1995 para encontrar niveles similares de subidas de precios.
Así se desprende del indicador adelantado del IPC Armonizado, que es el que se utiliza para comparar el comportamiento de los precios en los distintos países de la Unión Europea. Aunque habrá que esperar al dato definitivo tanto del IPC nacional como del armonizado, que se hará público el próximo 13 de marzo, desde que se publica este índice la máxima variación entre ambas magnitudes ha sido mínima, de una décima.
De acuerdo con estas cifras, por tanto, con el Gobierno de Rodríguez Zapatero se habría más que duplicado la inflación, ya que cuando llegaron a Moncloa, en marzo de 2004, el IPC estaba situado en el 2,1% (dato de febrero), y cuatro años después, en febrero de 2008, alcanza el 4,4%.
El encarecimiento de los combustibles, con el precio del barril de crudo a más de 100 dólares, unido al fuerte repunte de los alimentos explican, según el Gobierno, este comportamiento de la inflación en España. De hecho, insiste el Ejecutivo, el problema viene de causas externas al propio funcionamiento de la economía española, por lo que descarta tomar medidas puntales.
Sin embargo, y aunque estos factores del repunte de la inflación son comunes en toda la zona euro, España es el segundo país con más inflación de los quince países que comparten el euro, sólo superado por Eslovenia, que registró una subida de precios entre enero de 2007 y el mismo mes de este ejercicio del 6,4%. En el conjunto de la Eurozona la inflación se situó en enero en el 3,2%, con lo que el diferencial con España alcanzó los 1,2 puntos.
La subida de gasolinas y gasóleos, pese a la apreciación del dólar, es una de las causas del repunte inflacionista. Y es que según los datos del último Boletín petrolero de la UE, correspondientes al pasado lunes, el litro de la gasolina sin plomo de 95 octanos cuesta en España una media de 1,128 euros, mientras el del gasóleo se vende a 1,103 euros, los precios más altos de la historia, informa Efe.
Si se comparan estos precios de los combustibles con los de comienzos del año pasado, nos encontramos con que la subida acumulada por el diésel asciende al 22,5%, mientras la gasolina sin plomo del 95 es un 17,6% más cara. Con estos datos en la mano, llenar el depósito del coche de gasóleo este fin de semana costará un euro más que el anterior, y 10 euros más que hace un año.
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, lamentó ayer el dato de inflación, pero se defendió asegurando que los trabajadores no perderán poder adquisitivo gracias a las cláusulas de revisión salarial.
«Los trabajadores no van a perder poder adquisitivo, al contrario. En esta legislatura han ganado poder adquisitivo, ha subido su poder de compra, esto es positivo. Aunque el que la inflación sea elevada no es bueno, esperemos que ahora empiece a descender», dijo Caldera a su llegada a un Consejo de Ministros europeos de Empleo.
El titular de Trabajo señaló además que el dato armonizado de febrero «es el mismo del mes pasado» y añadió que «todas las previsiones e indicadores apuntan a que a partir de ahora irá descendiendo».
Pérdida de poder adquisitivo
El ministro de Trabajo no recordó, sin embargo, que uno de cada cuatro trabajadores no está protegido por estas cláusulas y que además el hecho de que las tarifas del IRPF no se hayan adaptado a la inflación real, un 4,2% en 2007, sino a la prevista, un 2%, hace que a muchos trabajadores les suban las retenciones por este impuesto y al final la subida real de su sueldo es inferior al IPC real. De modo que en estos casos la gran beneficiada por la inflación es Hacienda.
Desde el Partido Popular, el secretario de economía y empleo, Miguel Arias Cañete, acusó al Gobierno socialista de no haber hecho «nada por luchar contra la inflación, como lo demuestra el hecho de que el precio de los alimentos básicos ha crecido más del doble que en el resto de Europa».
Arias recordó que el Partido Popular dejó el Gobierno con una inflación del 2,1% y el Partido Socialista la deja en el 4,4%. En su opinión, «todo lo que no ha hecho este Gobierno en medidas de incremento de la competencia y mejora de la eficacia de los mercados, es todo lo que se ha aplicado en buscar excusas».
ABC, Sábado 1 de marzo de 2008
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