miércoles, 26 de diciembre de 2007

Las Navidades pesan 3 kilos

POR DOMINGO PÉREZ. MADRID.
La Sociedad Española de Hipertensión ha realizado el cálculo: tras las Navidades, los españoles suelen engordar una media de tres kilos por los excesos gastronómicos.
Es pues la hora, casi en el ecuador de las fiestas, superada la Nochebuena y la Navidad, con Nochevieja, Fin de Año y Reyes en el horizonte cercano, de armarse de valor y subirse a la báscula. Hay que descubrir si estamos pulverizando la media nacional o si conseguimos ir vadeando los festejos sin grandes estragos para nuestro peso.

La salud es lo que importa
La cuestión tiene su importancia estética, pero sobre todo sanitaria. Deben saber los que se pasen que para perder esos tres kilos de media que parece inevitable ganar se precisarán de dos a tres meses. El cálculo se completa deprisa, a mes por kilo, más o menos. Cada kilo de despiste, supondrá un mes de sacrificio, dicen los expertos.
Pero es también una cuestión de salud. Acaban las fiestas y las consultas médicas se llenan de personas con problemas.
Nieves Martell, coordinadora del Club del Hipertenso, lo aclara: «No es lo mismo que una persona sana gane unos kilos de más durante estos días a que lo haga alguien con hipertensión, diabetes y colesterol elevados. Cada año es frecuente que en estas fechas los pacientes engorden entre 2 y 4 kilos a causa del abuso de alimentos calóricos en las comidas navideñas, lo que incrementa el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular».
Y es que en muchos casos, los excesos que se cometen durante la Navidad sirven para diagnosticar casos de hipertensión y diabetes que antes de estas efemérides se encontraban en el límite o «durmientes». Así, por ejemplo, pacientes con obesidad o colesterol elevado que no muestran síntomas inmediatos, cuando van al médico o se someten a análisis tras las fiestas constatan que se ha disparado su colesterol o su peso y tienen que empezar a hacer una dieta más estricta.

Hábitos alimenticios
En este sentido, esta especialista advierte de que «intentar mantener el peso es uno de los factores más importantes del tratamiento de la hipertensión arterial». Es más: asegura que «en muchos pacientes constituye el único tratamiento, no siendo necesario añadir medicación», pues «se ha podido comprobar que un aumento en el peso de diez kilos supone una diferencia de 20 mmHg en la presión arterial sistólica (máxima) y de 10 mmHg en la tensión arterial diastólica (mínima)».
«Por contra -prosigue- una pérdida de 3 ó 4 kilos, aun sin alcanzar el peso ideal, repercute de forma importante en el control de la presión arterial; provoca la mejora de la respuesta del tratamiento farmacológico para la hipertensión; mejora la tolerancia a la glucosa; ayuda a regular los niveles de colesterol y ácido úrico; facilita el trabajo cardíaco y la respiración, y aminora la sobrecarga en las articulaciones».
«A medida que aumenta el peso se eleva la presión arterial, resultando más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres», señala la doctora Martell. «Además -añade-, sabemos que la obesidad contribuye al desarrollo de la hipertensión arterial en más del 70% de los casos y por eso resulta tan importante controlar el peso desarrollando hábitos alimenticios adecuados».
Concluye con un mensaje esperanzador: «Es posible disfrutar de estas celebraciones evitando que nos pesen los excesos: el secreto se llama moderación»..., pero quién se resiste a una buena comilona.
ABC, MIÉRCOLES 26_12_2007

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