jueves, 22 de mayo de 2008

La subida del 11% de la luz supone 4 euros al mes por familia y dos centésimas de inflación

A. LASO D´LOM
MADRID. El gasto medio anual en electricidad por familia asciende a 480 euros, según un informe del sector eléctrico al que ha tenido acceso ABC y que también asegura que el 11,3% de subida de tarifas propuesto por la Comisión Nacional de Energía (CNE) supone un aumento del gasto familiar de un euro semanal, repartido en 0,25 euros por persona y semana. Los cálculos de las empresas del sector, que están celebrando la posibilidad de que al final el Gobierno acceda a una subida considerable, supone que este aumento de tarifas del 11,3% supondría entonces una media de 4 euros al mes para una familia de cuatro personas, una cantidad que el sector considera pequeña y que además puede también verse reducida en algunos casos por la tarifa social que el nuevo ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha anunciado que prepara su Departamento.
Los técnicos de los ministerios de Economía e Industria también han hecho los cálculos del impacto que tendría en el IPC una subida del 11% como la propuesta por la CNE y las cifras no les han asustado. Una subida de estas características sumaría dos centésimas al IPC, un 0,02%, cifra que consideran asumible, pese a que la inflación está en tasas superiores al 4% y es muy probable que vuelva a subir en los próximos meses por el comportamiento del petróleo.
Las eléctricas han valorado con interés el anuncio del ministro el pasado miércoles en comparecencia parlamentaria de que acabará con el sistema del déficit de tarifa, que ya acumula unos 12.000 millones de euros y que, según Sebastián, habrá que trasladar a consumidores, a empresas y hasta al Estado a través de los Presupuestos.
Este informe de las empresas eléctricas destaca que el «establecimiento de tarifas por debajo de los costes está generando un importante déficit» que en «2008 podría ser de 5.000 millones de euros incluídos los peajes», cifra que seguiría aumentando los próximos años por los mayores costes de la inversión y de las materias primas si no se toman medidas. Además, este déficit, añade el documento, «está creando problemas con Bruselas, imposibilita la liberalización, crea mayor riesgo regulatorio y, sin lugar a dudas, retrae la inversión».
La conclución es que la tarifa eléctrica «se ha desacoplado de la realidad económica del país, del resto de las tarifas europeas, del resto de productos energéticos, del crecimiento general de los precios y, por supuesto, de la evolución del propio mercado eléctrico», dado el «poco peso del gasto eléctrico en el total del gasto medio anual de los españoles».
Añade el informe que en términos reales, el precio se ha reducido un 26% desde 1997, mientras que en Europa se ha mantenido constante». Una comparativa de la inflación con la evolución del precio de la electricidad daría una subida desde 1998 del 38% para el IPC y del 0,8% para la luz, citando datos del INE, lo que supone que «el peso de tarifa eléctrica es muy limitado sobre la economía familiar y el IPC».
El estudio cree que el peso de la electricidad en la economía familiar es inferior al 2% en estos momentos al calcularse con las tarifas de 2008 en unos 40 euros semanales».
El cálculo de las eléctricas hace una suma de las subidas de distintos productos energéticos desde 1998 que resulta de la siguiente forma: «gasoléo C, subida del 189%; butano, del 95%; GLP, del 61%; gas natural, del 43%, y electricidad, del 0,8%», lo que contrastaría «la reducción del precio de la electridad con el incremento del volumen de energías alternativas en España» y llega a la conclusión de que la tarifa eléctrica española se ha desacoplado de la realidad de los mercados eléctricos y, sin embargo, este desajuste no se justifica por el precio de la energía fijado en el mercado mayorista español que está totalmente en línea con los precios mayoristas en el resto de los mercados mayoristas europeos, «con consecuencias negativas a medio plazo sobre la seguridad del suministro y el medio ambiente».
El estudio añade que los precios mayoristas de la energía en Europa siguen la evolución de las energías primarias, como el petroleo Brent, carbón y gas, pero que el resto de países ha estado adaptándose a un entorno de escasez de oferta y reflejando la realidad del incremento de costes energéticos, a diferencia de España. Como consecuencia, el precio de la electricidad en España es uno de los más bajos de Europa occidental, concretamente «el precio final es un 23% inferior a la media de la UE de quince países». De esta forma, el precio de la electricidad en el año 2007 en España sólo es más bajo en Francia y Finlandia, siendo superior en el resto de naciones europeas. El sector considera que el desfase entre precios y costes de suministro crea dificultades insalvables para cumplir los objetivos de Kioto y que la dificultad de la titulización del creciente déficit pone en riesgo las futuras inversiones.
ABC, VIERNES 23_5_2008

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