viernes, 9 de mayo de 2008

El BCE mantiene los tipos porque la gente «no está feliz» con la inflación

MARIO SÁNCHEZ GUILLÉN
MADRID. Un mes más -y con este serán once-, el 4% será el asidero firme al que los responsables del Banco Central Europeo (BCE) buscan agarrarse para navegar por las aguas turbulentas de la economía europea, y seguir combatiendo así la inflación -que cayó tres décimas, hasta el 3,3%, en el mes de abril- sin castigar aún más los bolsillos de los hipotecados europeos.
Desplazados en esta ocasión a Atenas, y en el contexto de los fastos relacionados con los diez años del euro, Trichet certificó que la inflación se encuentra en niveles «inusualmente altos» y que además se mantendrán así «por un tiempo prolongado». Estas circunstancias, unidas al hecho -aseguró el banquero francés- de que los ciudadanos «no están felices» con estos niveles de IPC, justifican el no bajar los tipos.
Preguntado sobre qué se puede hacer para tratar de mitigar la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, el presidente del BCE mencionó algunas circunstancias, como la necesidad de mejorar la competencia en sectores «poco competitivos» dentro de la UE, que provocan alzas de precios innecesarias. También se refirió al peligro de vincular la inflación con los salarios -los famosos «efectos de segunda vuelta»- y al granito de arena que podían aportar los propios gobiernos, «que no deberían generar problemas adicionales con impuestos o cargos administrativos». Por último, Trichet defendió con vehemencia la independencia del BCE frente a los gobiernos de la UE (y especialmente el de su compatriota Nicolas Sarkozy) y descartó que la inflación galopante que está azotando a la Eurozona vaya a hacer que el BCE deje de marcarse el 2% como objetivo idílico a perseguir.
Por otra parte, el Banco de Inglaterra también decidió ayer sobre el precio de la libra esterlina, que mantuvo en el 5%.
ABC, VIERNES 9_5_2008

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