lunes, 18 de febrero de 2008

Sony gana a Toshiba el pulso por el DVD de alta definición

C. DELGADO / AGENCIAS - Madrid / Tokio -
Toshiba prefiere guardar silencio. Ni confirma ni desmiente. Pero la prensa japonesa y los analistas lo tienen claro: la empresa nipona ha tirado la toalla en la guerra del DVD de alta definición. La firma mantiene una batalla contra Sony desde hace dos años para popularizar su formato de alta definición HD-DVD, pero tras perder el apoyo de buena parte de Hollywood y los almacenes Wal-Mart, parece que han decidido abandonar su empeño por convertirse en el sistema estándar. Los mercados aplaudieron ayer esa posible renuncia con una subida de los títulos de Toshiba del 5,75%.
Toshiba explicó a través de un breve comunicado que no hay "ningún anuncio oficial al respecto", y que pese a estar estudiando cambios en sus estrategias, "en este momento no se ha tomado una decisión". La prensa estadounidense y japonesa, sin embargo, anunciaron el lunes que la firma se retiraba y los mercados se animaron con el fin del tira y afloja con Sony. Las acciones de la perdedora llegaron a subir hasta un 7,4% en la sesión de ayer y cerraron en 829 yenes (5,2 euros).
Los analistas consideraron acertada la decisión de Toshiba, que ha tardado dos años en darse por vencida, frente a los 10 que tardó Sony en abandonar su batalla por el sistema de vídeo Betamax ante VHS. El formato estaba haciendo perder mucho dinero a la compañía. Se espera que esta misma semana la empresa tecnológica haga el anuncio definitivo del abandono y se centre en otros sectores en expansión, como los semiconductores o la electrónica industrial. Los títulos de Sony, que comercializa el formato Blu-ray, respiraron con un alza del 0,89%, hasta los 4.890 yenes (30,9 euros) tras un mes y medio de constantes recortes, en el que han perdido más del 20% de su valor.
"Abandonar podría ser positivo para Toshiba a medio y largo plazo. Está a tiempo de dar marcha atrás antes de que la herida sea más profunda", explicó a Bloomberg Mitsushige Akino, jefe de inversiones en Ichiyoshi Investment, firma que gestiona más de 400 millones de euros en acciones de la compañía. En la misma línea, analistas de Citigroup en Tokio recomiendan ahora mantener inversiones en Toshiba, frente a los avisos de vender de hace sólo unos días.
Los que quizá no aplaudan tanto la decisión son los más de un millón de personas que, según la firma, han comprado un lector HD-DVD. Aunque no hay un registro oficial, se estima que en España son unos 10.000 los pioneros que se lanzaron a apostar por este formato de alta definición. Unas 3.800 unidades corresponden a lectores de sobremesa. El resto son reproductores insertados en ordenadores portátiles de la casa.
Ambos formatos aúnan vídeo de alta definición, sonido de calidad y una gran capacidad de almacenaje. Ninguno permite de momento leer las películas de DVD actuales. Pero el Blu-ray de Sony, pese a que es más caro, ha conseguido en los últimos meses rodearse de buenos amigos que han inclinado poco a poco la balanza a su favor.
Warner Bros declaró a principios de año fidelidad al sistema de Sony a partir de mayo, algo que MGM y Walt Disney ya hicieron tiempo atrás. Toshiba no se lo esperaba. La puntilla le llegó el pasado 15 de febrero, cuando la cadena de distribución más grande del mundo, la estadounidense Wal-Mart, declaró que en sus 4.000 tiendas sólo venderá el formato de Sony, en la misma línea que Best Buy, Netflix o la cadena de alquiler de películas Blockbuster.
Toshiba está cada vez más sola. Todavía cuenta con el apoyo de Universal Pictures, la Paramount y Microsoft, que ofrece productos como un lector externo de HD-DVD para su consola Xbox 360, que se vende aparte por 199 euros. Tras una agresiva campaña de precios, los reproductores de sobremesa más baratos rondan los 250 euros y los discos, entre 18 y 30 euros.
Sony incluye de serie un lector de Blu-ray en la videoconsola Play Station 3, de la que se han vendido 13 millones de unidades, pero sus aparatos caseros son bastante más caros. Los más económicos se acercan a los 450 euros y las películas valen entre 20 y 40 euros en los grandes almacenes.


EL PAÍS, martes 19 de febrero de 2008

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