martes, 19 de febrero de 2008

Los créditos de dudoso cobro suben un 50%, hasta saldos de hace una década

E. C.
Madrid. La banca española salvó sus resultados en 2007 de la embestida subprime, pero tuvo que encajar uno de los ejercicios más funestos de las últimas décadas en términos de morosidad. El saldo de créditos de dudoso cobro aumentó un 49,51%, algo insólito desde la crisis de los años 80, y lo hizo al sumar 5.377 millones de euros en riesgo de impago. Algo así como aflorar un promedio de 14,73 millones de euros en malos préstamos cada día durante los 365 días del año.
El repunte no es privativo de un sector ni de un tipo de entidad. Tanto grandes conglomerados como Santander (+34,1%), BBVA (+34,7%) o Caja Madrid (+46,1%), como entidades de tamaño pequeño sufrieron avances abultados de los malos créditos.
De los 1,76 billones de euros que familias y empresas adeudaban al cierre del año a sus bancos y cajas, 16.236 millones o el 0,92% del total correspondían a esos préstamos dudosos, frente al 0,72% del año anterior. En sólo 12 meses se volvió a tasas de morosidad del año 2003 e importes absolutos desconocidos desde 1995. Y el avance no ha tocado techo. Es una convicción generalizada que seguirá subiendo con la posibilidad, incluso, de que se doble la tasa.
Pero la marcha de los impagos no siembra el desasosiego en el sector porque se partía de ratios insólitamente bajas. A pesar del alza, ni siquiera es la mitad de la morosidad media europea, próxima al 2,5%, y dista mucho de la registrada por la banca alemana (4%), francesa (3,25%) e italiana (5,3%). Las entidades españolas se encuentran además acorazadas con unas dotaciones que multiplican en casi 2,5 veces los préstamos dudosos, cuando las provisiones medias de la banca europea ni siquiera los cubren al 100%.
Al sector le ha jugado una mala partida una confluencia de factores que pueden seguir tensionando la calidad de la cartera. Por un lado, algunas familias y empresas comenzaron a ser impuntuales al pagar sus cuotas, después de que el euríbor se duplicase en el año. Las nuevas reglas contables obligan a anotar antes y por todo el importe un crédito dudoso, y también penaliza la estrategia de volcarse en financiación a empresas, cuya morosidad supera la hipotecaria.
Un último factor en contra es la desaceleración de la financiación mientras que los préstamos dudosos afloran al mismo ritmo. El créditio aumentó un 16,67% frente al casi 50% de los morosos.
LA GACETA DEL MARTES, 19 de febrero de 2008

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