lunes, 14 de julio de 2008

Las tarjetas también son para el verano, pero evite bajar la guardia

E.Contreras
Es casi un ritual cuando uno viaja: prepara la documentación personal, investiga si necesita alguna tarjeta médica que garantice una buena atención en caso de accidente o problemas inesperados de salud y confirma que la tarjeta bancaria está en vigor. El dinero de plástico se va abriendo poco a poco un hueco en el bolsillo del español, que cada vez lo reconoce más como sustituto del efectivo, pero es en vacaciones cuando mejor se visualiza su utilidad por la amplísima aceptación que tiene el plástico en cualquier rincón del mundo.
En España circulan cerca de 100 millones de tarjetas y casi el 40% incorporan líneas de financiación que permiten el pago a fin de mes o en cómodas mensualidades, lo que eleva su atractivo cuando se prefiere salir sin excesivos euros pero con la tranquilidad de saber que tiene un plástico del que tirar en caso de emergencia.
Si lleva "por si acaso", se aprovecha el pago de las vacaciones, provablemente uno de los más elevados del año, para conseguir puntos canjeables por vuelos, regalos y para beneficiarse de suculentos descuentos en hoteles, aviones, alquiler de vehículos, ect. Pero, al margen de esos ganchos en forma de rebajas o puntos redimibles, algunas de las ventajas de las tarjetas pasan inadvertidas para el gran público, aunque podrían solucionarle muchos de los imprevistos típicos de vacaciones.
Quizá la menos visible de esas desconocidas ventajas son las garantías. Cualquier tarjeta incorpora un abanico de pólizas de seguros de vida, viajes y robo que se activan con sólo pagar el viaje con ella o, simplemente portándola en la billetera. El tipo de siniestros y el importe del coste que cubre depende del tipo y la modalidad del plástico y figuran detallados en su contrato aunque casi siempre en la denominada letra pequeña.
Hasta 600.000 euros
En general, casi todas aseguran un pago en efectivo si se pierde la maleta (desde unos 100 euros en las más básicas) y atención médica. La aseguradora asume facturas de especialistas, fármacos, internamientos hospitalarios e, incluso, el regreso apresurado al país de origen por importes que suelen oscilar entre 150.000 y 600.000 euros, dependiendo de la tarjeta (no es lo mismo una Clásica que la Oro o Platino).
Hay ofertas ajustables casi como un guante al cliente: por ejemplo, algunas cubren roturas en los palos de golf y daños a terceros con la 'práctica de este deporte, otras se comprometen incluso a trasladar documentaciones olvidadas al lugar de destino del viajero.
Quizá la única garantía a la que sí se recurre de manera general es la ofrecida por el banco o caja contra fraudes. La entidad se responsabiliza hasta 150 euros si el titular denuncia el extravío o robo y no ha facilitado al caco las claves secretas.
Las pérdidas y robos de las tarjetas se disparan precisamente en verano, al relajarse la atención más que en otras épocas. Conviene extremar la precaución en lugares de gran afluencia de personas como piscinas, terrazas, transportes públicos y mercadillos. Un 21% de los robos y pérdidas se producen en locales de ocio y el 18% en transportes, según un estudio de la aseguradora CCP.
Cómo impedir que un fraude le amargue las vaciones
Cualquier precaución es poca. Y es que en época estival también los timadores intentan hacer su agosto aprovechando la mayor relajación de los titulares de tarjetas. Un 24,04% de las incidencias ocurren en verano y en Navidad otro 30,33%. Seguir algunos sencillos consejos pueden evitar disgustos.
En cajeros: no llevar el número secreto apuntado, vigilar que nadie toma nota de los dígitos cuando se tecleen y verificar la existencia de dispositivos extraños en el cajero automático. Recuerde que los instalados dentro de la sucursal proporcionan la seguridad extra de estar vigilados por las cámaras de seguridad del local, lo que no siempre ocurre con las máquinas a pie de calle. Si se la traga el terminal, avise inmediatamente a la entidad, y nunca deje el extracto tirado.
Pago en establecimientos: intente no perder la tarjeta de vista nunca en previsión de cualquier manipulación. Un buen sistema para impedir que la utilice un tercero es recordar en la tarjeta que le exijan el DNI antes de tramitar el pago.
En caso de robo: denunciarlo de inmediato. Si viaja al extranjero no olvide tampoco informarse sobre los números de teléfono a los que debe reportar cualquier incidencia.
Comisiones por alquiler e interés por pagar a plazos
Es práctica habitual de bancos y cajas regalar tarjetas bancarias a los clientes como arma de fidelización. Sin embargo, algunos plásticos si devengan una cuota anual que, en el peor de los casos, no suele superar los 50 euros. La comisión media por tarjeta de débito se situó en junio en 14,02 euros y en 29,62 euros en las de crédito. Si la utiliza para comprar a crédito, devenga además un tipo de interés de entre el 12 y el 20 %, superior al aplicado a los préstamos al consumo (ronda el 10%) e inferior al 20-25% en los denominados préstamos rápidos.
Si utiliza el cajero automático, mejor el propio y dentro del país.
Con los programas de descuentos y puntos canjeables, la banca trata de motivar el pago con tarjeta y desincentivar el recurso al cajero. Pero si acude a uno de esos terminales, es bueno recordar que el banco emisor de la tarjeta no cobra comisiones en sus propias máquinas pero puede gravar las que efectúe en las de otras entidades financieras. Según las tarifas publicadas por el Banco de España, la comisión por utilizar un cajero en red distinta (Servired, 4B o Euro 600) puede alcanzar el 4% del importe dispuesto y el 6% si lo utiliza en otro país.
LA GACETA DE LOS NEGOCIOS, Fin de semana, 12 y 13 de julio de 2008
Imagen: Flickr



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