PÚBLICO - Madrid -
Cualquiera que sea el diagnóstico que se haga de la situación económica, hay un consenso evidente: cada día que pasa somos más pobres. La inflación, el paro, el encarecimiento de las hipotecas, la subida del petróleo y el estancamiento económico están metiendo la mano en el bolsillo de los ciudadanos, con los consiguientes efectos en términos de gasto, de inversión y de ahorro.
Pero la crisis también está cambiando la manera de comprar de los españoles. El primer impacto visible es la aparición de chollos en los sectores más azotados por el ajuste. Es lo que está ocurriendo en el mercado de la vivienda, aunque las ofertas son menos numerosas de lo que cabría presagiar por la profundidad de la crisis de ventas.
También los fabricantes y los concesionarios automóviles, otro mercado con severas dificultades, están ofreciendo descuentos y ventajas desconocidas en la historia reciente del sector. Pero la búsqueda de los chollos o de los productos más baratos se ha convertido en un deporte que va más allá de las ofertas ocasionales.
El éxito de los negocios de bajo coste (aerolíneas, supermercados, etc), el buen comienzo de la temporada de rebajas veraniegas y el empujón de las ventas de las llamadas marcas blancas de alimentación son indicios de que los clientes están rectificando sus hábitos de consumo.
Cualquiera que sea el diagnóstico que se haga de la situación económica, hay un consenso evidente: cada día que pasa somos más pobres. La inflación, el paro, el encarecimiento de las hipotecas, la subida del petróleo y el estancamiento económico están metiendo la mano en el bolsillo de los ciudadanos, con los consiguientes efectos en términos de gasto, de inversión y de ahorro.
Pero la crisis también está cambiando la manera de comprar de los españoles. El primer impacto visible es la aparición de chollos en los sectores más azotados por el ajuste. Es lo que está ocurriendo en el mercado de la vivienda, aunque las ofertas son menos numerosas de lo que cabría presagiar por la profundidad de la crisis de ventas.
También los fabricantes y los concesionarios automóviles, otro mercado con severas dificultades, están ofreciendo descuentos y ventajas desconocidas en la historia reciente del sector. Pero la búsqueda de los chollos o de los productos más baratos se ha convertido en un deporte que va más allá de las ofertas ocasionales.
El éxito de los negocios de bajo coste (aerolíneas, supermercados, etc), el buen comienzo de la temporada de rebajas veraniegas y el empujón de las ventas de las llamadas marcas blancas de alimentación son indicios de que los clientes están rectificando sus hábitos de consumo.
PÚBLICO, Lunes 7 de julio de 2008
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