miércoles, 9 de enero de 2008

Más de 1.700 locales serán inspeccionados en las rebajas

C. FOMINAYA
Acaba la Navidad y empieza un periodo esperado por muchos, el de las rebajas de enero. Pero también empiezan los incumplimientos en algunos comercios de la capital, que afectan al consumidor no avisado.
Con el fin de atajar este tipo de problemas, una treintena de técnicos del Ayuntamiento de Madrid inspeccionarán un total de 1.760 comercios en los 21 distritos de la ciudad durante el periodo de rebajas de invierno que se prolonga —en algunos casos y siempre de manera opcional—, hasta el 31 de marzo.
Irregularidades como incluir en las rebajas aquellos productos no puestos a la venta en condiciones de precio ordinario con anterioridad, así como la de los productos deteriorados, pasados de moda, o adquiridos con objeto de ser vendidos a precio inferior serán algunas de las infracciones que intentarán detectar estos agentes. En concreto, los inspectores municipales verificarán que se exhiban las fechas de las rebajas elegidas por cada comerciante en lugar visible al público, y que estas fechas se adecuen al tiempo establecido legalmente, esto es, que sean de un mínimo de una semana y de un máximo de dos meses, a elegir por el empresario desde el 1 de enero al 31 de marzo.
Igualmente comprobarán que se exhiban tanto el precio inicial como el rebajado de cada uno de los artículos expuestos, de igual forma si están en el escaparate como en el interior. Otro de los puntos que observarán será que no se anuncien rebajas con carácter general cuando dicha venta afecte a menos de la mitad de los productos. En este último caso, los productos deberán estar debidamente separados y diferenciados de los no rebajados, para no inducir a error al consumidor. Por supuesto, vigilarán que los artículos rebajados no estén deteriorados, y que admitan las tarjetas de crédito y de débito que se anuncian habitualmente en los escaparates. También exigirán el listado de precios, y el cumplimiento en la realización de facturas y documentos acreditativos de las compras, en los que será necesario que se incluyan todos los requisitos legales. Y, si es el consumidor quien detecta que se incumple algún punto de la normativa vigente, éste tendrá siempre el derecho de pedir las hojas de reclamaciones.
Pero si en todos los casos las respuestas a este tipo de faltas tienen que ser rápidas, mucho más cuando éstas afectan a temas de seguridad, según indicó ayer el delegado de Economía, Miguel Ángel Villanueva. Así ha sido, continuó, en el caso de alertas como la de los juguetes de plomo o con imanes, o de tóxicos de reciente aparición. «Los datos de artículos retirados reflejan un aumento considerable: casi siete veces más en 2007 que en 2006, debido a una mayor actividad de la red de alertas».
ABC, MIÉRCOLES 9_1_2008

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