domingo, 13 de enero de 2008

Los españoles se aprietan el cinturón para llegar a final de mes

POR MARÍA JESÚS PÉREZ. MADRID
La economía española ha crecido desde hace una década a un ritmo superior al de la media de la Unión Europea. Sin embargo, este prolongado ciclo expansivo no se ha traducido exactamente en un aumento de euros en los bolsillos de todos los ciudadanos. Entre 1999 y 2006, mientras los beneficios empresariales se multiplicaban el 73%, el salario medio real de los españoles perdía el 4% de su poder adquisitivo, según datos de la OCDE.
Llama la atención el hecho de que, en la década mencionada, España haya sido el único país, de los 30 Estados miembros de la OCDE, en el que el poder adquisitivo de los salarios haya bajado. Y más teniendo en cuenta que en los cinco años anteriores, entre 1990 y 1995, el salario real había aumentado a un ritmo anual del 1,9%.
Desde la División de Análisis y Políticas de Empleo de este organismo puntualizan que a pesar de que «España ha creado empleo a un ritmo espectacular en los últimos años, gran parte de ese aumento consiste en empleo poco cualificado y escasamente remunerado. Por ello, el retroceso del salario medio no significa que todos los empleados en España ganen ahora menos que hace diez años, sino que ha entrado en el mercado laboral mucha gente con sueldos bajos, lo que ha tirado hacia abajo el salario medio de la población empleada». No obstante, los expertos consultados por ABC coinciden en que tras una expansión como la vivida por España en estos diez años, la conclusión inmediata y más lógica es que si la economía crece debería haber más dinero para repartir entre todos los ciudadanos. Pero no ha sido así. Los sueldos han caído y los trabajadores han perdido poder adquisitivo.
De hecho, en los siete primeros meses de 2007 respecto a diciembre de 2006, los salarios medios anuales han vuelto a perder poder adquisitivo en todas las categorías laborales, según un estudio de la consultora ICSA Recursos Humanos.
Ahora bien, conviene destacar el hecho de que en este país la proliferación de empleos precarios y con bajos sueldos, ha alimentado el número de personas que viven por debajo del umbral de pobreza relativa (aquellos con menos del 60% de la renta media nacional) precisamente en un periodo de crecimiento sostenido. Así, uno de cada cinco españoles vivía en esa situación en 2005, muy superior a la de la década anterior, en 1995, cuando se situaba en el 19% y también por encima de la media de la UE (16%).
«Desde 2004, el poder adquisitivo de los salarios se ha deteriorado en España. Los salarios han crecido por debajo del IPC. Y los más perjudicados han sido los trabajadores con sueldos más bajos, ya que los precios de muchos productos básicos crecen por encima del IPC», explica Juan Iranzo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Iranzo añade, sin embargo, que «hay que tener presente que la inflación percibida por el ciudadano es mayor, puesto que suben más los productos que compramos habitualmente y solemos pagar en efectivo, leche, pan, gasolina, etcétera.; lo que puede provocar la espiral precios-salarios».
Una explicación que coincide con la de los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Elena Ferrero Ortega y Valentín Bote Álvarez Carrasco, que en los Papeles FAES «El poder de compra en España (2004-2007)», aseguran que el ámbito más cotidiano en el que los españoles perciben la pérdida de poder adquisitivo es en la cesta de la compra.
Un deterioro en las rentas familiares que se ha visto agravada con la subida del precio de la vivienda, la consiguiente subida de los pagos por hipotecas y el incremento de los impuestos. «Una percepción extendida entre los ciudadanos españoles es que con sus rentas salariales no pueden mantener los niveles de consumo que disfrutaban en el pasado», apuntan ambos profesores.

Percepción ciudadana negativa
El propio Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dependiente del Gobierno, reconoce que ha aumentado el porcentaje de ciudadanos que afirma que su situación económica personal es ahora peor de la que tenía en 2004, año en el que llegó al poder el actual Ejecutivo socialista.
Pero sobre todo, se incrementaron los españoles que tenían una percepción negativa sobre la situación económica en 2006, un año que precisamente, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, había catalogado como «el mejor año económico de la democracia».
«La pérdida de poder de compra de los españoles no sólo se circunscribe a un crecimiento de los salarios inferior al del IPC. El mayor coste asociado a los carburantes y energía, la elevación de los tipos de interés y del precio de la vivienda y el incremento en los impuestos son elementos que han afectado negativamente en estos últimos tres años a las rentas de los hogares y que, por tanto, han contribuido a acrecentar la sensación de pérdida de poder adquisitivo», señalan Ferrero Ortega y Bote Álvarez.
No obstante, entre los analistas abunda la tesis de que el capítulo de la vivienda es uno de los que más ha influido en la pérdida de poder de compra de los hogares en España.
La explicación la encuentran en que todas aquellas familias que han adquirido una casa en los últimos años han tenido que asumir una carga hipotecaria mayor de lo previsto, debido al intenso proceso de elevación de los precios de la vivienda y de las subidas de tipos de interés desde diciembre de 2005. «Desde principios de 2004, los hogares han visto incrementarse el esfuerzo que tienen que realizar para adquirir una vivienda. La relación entre el precio de una vivienda media y la renta bruta de los hogares ha pasado de 5,5 años, a principios de 2004, hasta 7,1 años, a finales de 2006. En este periodo, los hogares han visto incrementar su esfuerzo para adquirir una vivienda en el equivalente a su renta bruta de 1,6 años», puntualizan los profesores de la UAM en su estudio.
Además de las subidas del precio de las viviendas y en los tipos de interés, se ha dado un elemento adicional que ha contribuido de forma importante al esfuerzo de los hogares para hacer frente a una deuda hipotecaria que también se ha incrementado: el estancamiento en el número de trabajadores ocupados por hogar desde 2005, como consecuencia del fuerte crecimiento en el número de hogares (inmigrantes, solteros, separados...).
Respecto a ese mayor esfuerzo de los hogares para hacer frente a la deuda hipotecaria, y con datos del Banco de España en la mano, destacar que a finales de 2003 los hogares tenían que destinar el 31,8% de su renta mensual a los pagos derivados de la adquisición de sus viviendas. Mientras, a finales de 2006, el porcentaje se elevaba hasta el 43,3%, una pérdida promedio de poder adquisitivo de 11,5 puntos para los hogares que están pagando una casa.
El sentimiento generalizado entre los ciudadanos y algunos expertos es que el Gobierno, lejos de adoptar medidas que pudieran contribuir a aliviar esta situación, ha aprobado una reforma fiscal raquítica que que obligará a pagar más impuestos por el ahorro a largo plazo, ya que la tributación de las plusvalías aumenta del 15% al 18%, lo que reduce aún más su capacidad de gasto y su bienestar económico.
Hay incluso algunos expertos que aseguran que ciertos contribuyentes pagan más con la nueva tarifa del IRPF diseñada por el Gobierno socialista.
Eso sí, algunos colectivos, muy concretos, han visto aliviada su carga en estos últimos meses con la aprobación de medidas totalmente electoralistas como el cheque bebé, de 2.500 euros por cada niño nacido, o los 210 euros que se entregan desde este mes de enero a los jóvenes que se independicen y alquilen una vivienda.

Evolución de la renta per cápita
Uno de los indicadores más utilizados por los expertos para analizar el nivel de bienestar de los ciudadanos de un país es la renta per cápita, cuya evolución en España se ha catalogado de preocupante en los últimos años, ya que nuestra convergencia con la Unión Europea se ha frenado. Mientras que en el periodo comprendido entre 2000 y 2003, cuando gobernaba el Partido Popular con José María Aznar a la cabeza, nos acercamos 5,3 puntos porcentuales a la media de la UE-25 en términos del PIB per cápita (del 92,2 al 97,5%, según datos del Banco de España), en el periodo 2004-2006, con los socialistas ya en el poder, sólo habíamos avanzado ocho décimas (hasta un 98,5% en el último año).
Los analistas explican que detrás de este hecho se esconde un agotamiento de un modelo de crecimiento, basado en la rebaja de tipos de interés, que estuvo además acompañado por reformas estructurales y flexibilización de la economía, y que desde 1996 permitió reducir firmemente la tasa de desempleo en España y nos puso en el camino para lograr el pleno empleo, tan deseado, por cierto, por Rodríguez Zapatero. Este agotamiento se ha traducido en la pérdida de poder adquisitivo de los españoles.
Y es que mientras el poder adquisitivo de los empleados en España sólo aumentó un 0,4% desde 1997, en Reino Unido o Polonia, por ejemplo, el poder de compra de los salarios se ha elevado por encima del 20% en el mismo periodo. Unos datos que surgen del informe «Euroíndice Laboral IESE-Adecco», que analiza la evolución del mercado laboral en siete países de la UE (Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, Portugal y Polonia) y que recoge estimaciones para los próximos meses.
Según el estudio, el salario español -entre los países mencionados- es el que menos se ha incrementado; el sueldo medio es de 1.922 euros, y sólo se sitúa por encima del portugués (1.236 euros) y del polaco (662). Por el contrario, los más elevados corresponden a Reino Unido (3.607 euros) y Alemania (3.601).

Sólo se ganaron 90 céntimos
Algunos estudios han apuntado que «la pérdida real de ingresos ha dejado los salarios» -descontando el IPC- «en niveles de 1997». Un ejemplo: entre 2000 y 2006, el salario medio de los españoles pasó de los 1.326,4 euros mensuales a los 1.613,5 euros. Pero si se resta el efecto de la inflación sobre estas remuneraciones (según el Instituto Nacional de Estadística, el IPC repuntó un 24,8% en ese periodo), la impresión de ganar más queda reducida a una mera quimera: en términos reales, la renta media aumentó sólo noventa céntimos.
Un periodo, el comprendido entre 2000 y 2006 en el que, además, la deuda de las familias ha avanzado a un promedio anual cercano al 16%, alcanzando en 2006 el 115% de su renta disponible, según el último informe sobre el consumo y la economía familiar de Caixa Cataluña.
No obstante, no todos los expertos y estudios son tan pesimistas. Según el estudio de remuneraciones de Mercer HR Consulting entre 62 países del mundo, los salarios de los trabajadores españoles subirán en 1,5 puntos en términos reales, eso sí, medio punto menos que la media mundial.
Para llegar a estas conclusiones, el informe ha tenido en cuenta las subidas salariales que acometerán las empresas, en comparación con las tasas de inflación previstas por la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Instituto Nacional de Estadística (INE). De este modo, las compañías que operen en España en 2008, abordarán en dicho ejercicio una subida salarial del 4,5%, aunque este porcentaje se verá contrarrestado por una inflación prevista del 3%.
Los sindicatos alertan sobre la pérdida de poder adquisitivo y precisan que el estancamiento del salario medio real en España desde 2000 no se debe al poder de compra de los salarios de convenio, sino al modelo de crecimiento que genera la mayoría de los empleos en sectores con salarios más bajos. CEOE, Cepyme, CC.OO. y UGT optan por mantener la moderación salarial en 2008 pero manteniendo las cláusulas de revisión salarial para garantizar el poder adquisitivo. Si se consigue o no, está por ver. Mientras, los españoles acaban de cerrar un ejercicio con la percepción de tener menos euros en los bolsillos y con la idea de que 2008 no será mejor.


ABC, Domingo 13 de enero de 2008

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