jueves, 31 de enero de 2008

La banca dificulta a las familias el acceso a nuevas hipotecas

VIRGINIA ZAFRA - Madrid -
Los hogares españoles han reducido intensamente en los últimos meses las peticiones de nuevas hipotecas por la subida de tipos de interés y por su miedo a la próxima evolución del mercado de la vivienda.
Esa realidad, patente en la calle, se ha unido a otra no tan conocida: la banca está poniendo cada vez más trabas a aquellos que todavía se animan a acercarse a las sucursales a pedir nuevos préstamos.
Así lo ha constatado el Banco de España en su última encuesta a un grupo representativo de entidades financieras españolas. Los criterios para la aprobación de nuevos créditos se han endurecido en el último trimestre, tanto en precios como en garantías requeridas a los clientes, y por primera vez en los últimos cuatro años se han reducido los plazos máximos de los préstamos.
El endurecimiento de las condiciones ya había empezado a asomar a la vuelta del verano, pero la persistencia de las turbulencias ha llevado al sector financiero a aumentar mucho más su grado de exigencia en los tres últimos meses.
Y lo peor es que en España el efecto ha sido mayor que en el resto de países de la Unión Europea debido a las peores expectativas para el mercado inmobiliario.

Ofertas estrella testimoniales
De hecho, cada vez son menores las ofertas de hipotecas a 45 y 50 años, y ya son meramente testimoniales aquellas que tanto se publicitaron a mediados del año pasado con tipos de interés del Euríbor más diferenciales inferiores a 0,30 puntos. Créditos como el de Bankinter al Euribor más 0,18 puntos han desaparecido del mercado, y como ofertas más competitivas quedan ahora la de ING con un diferencial de 0,33 puntos o la de Santander, de 0,25 puntos, pero en este caso sólo para las hipotecas de más de seis años de antigüedad.
La crisis financiera ha afectado además a las condiciones de los créditos al consumo, aunque en menor medida que a las hipotecas, y a las de la financiación a las grandes empresas, que se ha encarecido sustancialmente.
Y lo que es más, las entidades prevén que las cosas se pongan todavía más difíciles este año, tanto por el lado de la oferta de las entidades, como de la demanda de familias y empresas. El Banco de España no se muestra preocupado por ello, pues entiende que dará lugar a una evolución “más sostenible” del endeudamiento del sector privado.
Éste es uno de los factores que llevan a la institución a confiar en que la economía española asumirá sin problemas la previsible desaceleración que vivirá este año, tras haber crecido un 3,8% en 2007.
A juicio del Banco de España, el país tiene los “resortes suficientes” para afrontar los menores crecimientos de los próximos trimestres —en los tres últimos meses del año avanzó un 3,5%— aunque también admite que las turbulencias se han extendido tanto que cualquier previsión está rodeada de gran incertidumbre.
PÚBLICO, Jueves 31 de enero de 2008

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