lunes, 10 de noviembre de 2008

La crisis aúpa la Lotería de Navidad

LETICIA TOSCANO MADRID
Aún quedan más de 40 días para el sorteo extraordinario de Lotería de Navidad, pero en la administración de «Doña Manolita», una de las más emblemáticas de la capital, ya se han vendido más de 40.000 billetes (unos 400.000 décimos) para el esperado sorteo del 22 de diciembre. Y es que la crisis económica actual ha adelantado, al menos en dos semanas, las ventas de las participaciones para «El Gordo» y este año se espera vender alrededor de un diez por ciento más que en 2007. Esto supondría doblar la tendencia al alza que ya se experimentó el año pasado, cuando los españoles invirtieron un 5,7 por ciento más en su suerte, pasando de los 2.713 millones de euros recaudados en 2006, a más de 2.867 millones en 2007.
Así lo explica Juan, quien trabaja en la centenaria administración situada en la Gran Vía madrileña: «De momento llevamos vendido un poco más que el año pasado, alrededor de un cinco por ciento, pero esperamos que las ventas suban más, por la crisis y porque el año pasado dimos «El Gordo»». Y a juzgar por las cientos de personas que ayer hacían cola frente a la administración, todo parece indicar que, efectivamente, incrementarán las ventas.
Y es que aunque hay cuatro trabajadores atendiendo en ventanilla, ayer era imposible hacerse con un décimo en «Doña Manolita» sin esperar, al menos, una cola que superaba los treinta clientes. «Yo todos los años la compro aquí, es una manía y espero lo que haga falta», explicaba Ana, una madrileña de 45 años que no cambia ni de administración ni de número, aunque no le haya tocado nunca el premio, sino «algún que otro pellizquito que no me soluciona la vida, pero me da una alegría para las fiestas». Sin embargo, no todos lo tienen tan claro a la hora de elegir número, lo que hacía que la cola avanzara despacio, para desesperación de los que estaban tan lejos que ni siquiera podían ver el cartel del establecimiento.
Otros, aprovechaban la visita a Madrid para hacerse con un décimo en los alrededores de la Puerta del Sol, como unos seguidores del Málaga que esperaban pacientemente, ataviados con la camiseta y la bufanda de su equipo, en el kiosco de «El Doblón de Oro», otra de las administraciones famosas.
Compradores «siniestros»
En cuanto a los números más vendidos, Juan reconoce que los compradores son caprichosos y, por qué no decirlo, «algo siniestros». Así, es muy difícil vender los números bajos o los que empiezan por cero. Por otro lado, en «Doña Manolita» ya se han agotado los décimos terminados en 13 y los que reflejan la fecha del fatídico día del accidente del aeropuerto de Barajas. No obstante, esto siempre ocurre: «El año pasado agotamos el décimo correspondiente al número de socio que el Sevilla le adjudicó al hijo póstumo de Puerta», recuerda Helena Delacámara, quien regenta una administración en la estación de Chamartín.
Este tipo de manías también las reconocen los compradores. Antonio Ibarra, en la cola de «El Doblón de Oro» admitía que siempre compra décimos que terminen en el año en el que estamos. Así, aunque no sabe el número exacto, este año comprará una participación que termine en 08. Y si bien es cierto que no todos los que esperaban tenían claro qué décimo iban a comprar, pocos tenían dudas de lo que iban a hacer con el dinero: pagar la hipoteca fue la respuesta más recurrente, aunque tampoco faltaban los que querían poner su propio negocio, como un bar o una peluquería o los que se lo gastarían en caprichos.
Cambio de hábitos
«Con esto de la crisis la gente no quiere dejarlo para última hora, parece que lo están cogiendo con más ganas», comentaba ayer Delacámara. En su caso, la puesta en marcha del nuevo AVE a Valladolid también está repercutiendo en el aumento del negocio, ya que son más los viajeros que pasan por la estación. Aún así, el cambio es claro: «Hay más gente que se está decidiendo a jugar, que tiene la esperanza de que «El Gordo» de la lotería les ayude a solucionar la mala racha, pero hay menos gente que gasta mucho dinero. En general, se conforman con un décimo o dos», analiza Delacámara. Esta cantidad es sensiblemente menor a la media madrileña del año pasado, que situó el gasto en lotería en 86,45 euros por habitante.

Más venta por internet
Aunque la venta global sea mayor, no todos los datos son positivos. En el caso de las empresas, los loteros están percibiendo que ha habido un descenso claro del número de peticiones, ya que en muchos negocios hay menos trabajadores, sobre todo en las empresas grandes, donde se están produciendo expedientes de regulación de empleo. A cambio, se están incrementando las ventas a través de internet y está volviendo un fenómeno que hace años pasó de moda: las participaciones para costear los viajes de estudios de los jóvenes universitarios.
ABC, DOMINGO 9_11_2008

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