jueves, 15 de octubre de 2009

"Mi receta contra la obesidad: no hay alimentos malos"

MARÍA R. SAHUQUILLO
ENTREVISTA: ALMUERZO CON... GEMA FRÜHBECK
Gema Frühbeck tiene el apretón de manos fuerte y la mirada clara. Es una mujer activa. Cree que quien se cruza con ella por los pasillos de la Universidad de Navarra, donde da clases, o por los laboratorios de la clínica, donde investiga, debe de pensar que está loca. Va a todos los sitios corriendo. Sube las escaleras de dos en dos. "Es una costumbre desde que era pequeña. Un día me voy a caer y a romperme la cabeza", dice. Además, va al trabajo en bicicleta. Con tanta actividad es imposible que pase a formar parte de los dos tercios de españoles con sobrepeso. Frühbeck (Madrid, 1965), investigadora clínica en endocrinología y nutrición, es también presidenta electa de la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad (Easo).
Y como buena experta, entiende de las delicias de la buena mesa. Escoge el restaurante a conciencia. "Es un sitio donde hay alimentos frescos y de temporada. Verás, vamos a comer fenomenal", promete. Allí ya la conocen. Saben, por ejemplo, que prefiere las cosas cocinadas a la sal y con poca o ninguna salsa. Le gustan las cosas sencillas. Pica un poco del aperitivo de salpicón de verduras y explica que muchas veces la clave para no pasarse de kilos no es comer menos, sino qué comer y la forma de preparar los alimentos. "Ésa es una de las cosas más difíciles de hacer comprender a los pacientes", asegura. Frühbeck habla de su trabajo con pasión, explica que la obesidad es un problema social de una magnitud enorme en el que deberían involucrarse el Gobierno, la industria alimentaria y los medios de comunicación. "Es una verdadera epidemia que hay que atajar", afirma.
Charla y los berberechos que el camarero ha dejado sobre la mesa aguardan. Los mira y se da cuenta de que hay que comerlos calientes. Coge uno, y luego otro y otro... La culpa de que estemos compartiendo mesa, cuenta, la tiene la leptina. Fue esta hormona descubierta en 1994 -y que tiene un papel fundamental en la regulación del peso- quien la llevó a dedicarse a la investigación de la obesidad. Aunque reconoce que si no hubiera sido ésa, habría surgido "otra leptina". "Desde que recuerdo he querido ser médico y toda la vida me ha apasionado hacer experimentos". Todavía le encanta meterse en el laboratorio.
Se nota. El tema y la investigación la tienen atrapada. "Falta conciencia de que la obesidad es una enfermedad. Aún se ve como un problema estético. Los hábitos nutricionales deberían estudiarse en la escuela", dice mientras saborea el rape. Muchas familias descuidan algo tan importante como el desayuno de los niños. Frühbeck, por mucha prisa que tenga, nunca prescinde de él. Toma lo que ha bautizado como "el desayuno de los campeones": medio litro de leche con cereales y dos plátanos.
Frühbeck es la primera presidenta electa de la EASO. Pero recalca que no por ser mujer lo ha tenido más difícil en la investigación. En cambio, sí ha percibido cierta discriminación por la edad. Por su juventud. Comenzó un laboratorio a los 33 años.
Frühbeck agita su cabeza rubia y mira fijamente una cereza que, según ha explicado el camarero, viene "directa" del Valle del Jerte. "Están buenísimas", dice. "En España podemos presumir de que hay muy buenos alimentos. Además, no hay alimentos malos. Sólo hay que restringir un poco. Comer bien no es tan difícil".


EL PAÍS, Jueves 15 de octubre de 2009
Imagen: El País

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