viernes, 26 de octubre de 2007

El coche puede esperar

El bien de consumo duradero por excelencia, primera víctima de la subida de tipos
SANTIAGO HERNÁNDEZ - Madrid - 08/10/2007
La prolongada subida de los tipos de interés no sólo afecta al ladrillo: ha acabado suponiendo un lastre para la venta de coches nuevos. Y un acicate para el mercado de vehículos de ocasión. Así de simple. Cuando una familia está ahogada, lo primero que deja de comprar es el bien de consumo duradero por excelencia: el coche. Ése es un hecho constatado por sociólogos, fabricantes, distribuidores, Gobierno y consumidores, que puede convertirse en un problema para un sector básico de la economía nacional.
El mal dato de septiembre, con un retroceso en la matriculación del 7,7%, (el peor en cinco años) ha sido un escalofrío para las ventas de coches, que pusieron la directa en 2003 y no habían parado desde entonces. En el sector se repite una idea con insistencia: el de septiembre es un dato aislado y no se puede hablar de crisis engordando una espiral de pesimismo sin motivos (todavía) fundados.
"La verdad es que la fuerte elevación de los tipos de interés y su impacto en las hipotecas y el aumento de los precios de los productos básicos han reducido los presupuestos familiares. Eso lo vamos a empezar a pagar precisamente nosotros, porque el coche es un bien muy sensible a la coyuntura y que suele adelantar las crisis de confianza", señala Blas Vives, secretario general de Faconauto, que engloba a los concesionarios.
La crisis de confianza abarca a todas las capas sociales, pero se ceba en los vehículos de gama alta. Los catalogados como de lujo y para ejecutivos cayeron en septiembre un 38% y un 25%, respectivamente, mientras que el segmento de monovolúmenes bajó un 33%.
Además, el frenazo en las matriculaciones de coches nuevos coincide con los mejores datos de ventas del mercado de segunda mano. "Justamente en septiembre conseguimos vender 1,1 coches de ocasión por cada coche nuevo en el mercado español. Es la primera vez que eso ocurre", afirma Juan Antonio Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam).
El mercado de ocasión puede beneficiarse de la incipiente crisis: en 2010, el parque de coches usados duplicará el de nuevos para acercarse a los actuales niveles del mercado europeo, según las previsiones. En Francia y Alemania la relación es de dos coches de ocasión por cada uno nuevo. En el Reino Unido, esa relación es de tres a uno. Sánchez destaca la cada vez mayor importancia de los inmigrantes para este mercado: este colectivo compra ya el 12% de los coches usados.
El futuro preocupa a los patronos del sector, pero sin alarmismos. Sánchez considera que hay que ser realista acerca de la evolución de las ventas, sin caer en un pesimismo que por ahora no se sostiene con datos. A su juicio, serán las grandes decisiones políticas las que marcarán la tendencia del mercado en los últimos meses de 2007.
En esa misma línea se sitúa Ángel Díaz-Cardiel, responsable del sector de automoción de CC OO. "No vamos a ocultar que hay preocupación porque los tipos de interés comienzan a apretar los bolsillos familiares, pero no podemos caer en el pesimismo porque las ventas no están siendo malas". Según este dirigente sindical, septiembre no es un mes de referencia y aunque el sector está flojeando en las matriculaciones, mantiene un buen comportamiento en la producción, que va mayoritariamente destinada la exportación. Díaz-Cardiel se muestra ligeramente optimista para el último trimestre del año, y considera que los auténticos problemas pueden llegar en 2008.
Los fabricantes ponen el acento en el comportamiento de la demanda de los hogares para explicar los problemas del sector. Luis Valero, director de la patronal de los fabricantes Anfac, afirma que la tendencia de las compras de coches por parte de particulares, que supone el grueso principal de la demanda, es claramente a la baja, y que se deja notar claramente en algunos capítulos, como el de todoterrenos.
Según Anfac, en una coyuntura económica con grandes dosis de incertidumbre, los consumidores posponen sus decisiones de compra en bienes duraderos, como los automóviles. La patronal apunta que la reforma fiscal que entrará en vigor el próximo 1 de enero podría ayudar a dinamizar el mercado, especialmente el segmento de los vehículos pequeños y medianos, que son el gran núcleo de la demanda de los consumidores.
Valero aprovecha para señalar que teniendo en cuenta la vejez relativa de nuestro parque, sería muy conveniente una ampliación o una prórroga del actual Plan Prever, porque junto con la nueva normativa fiscal ayudaría a obtener mejores resultados desde el punto de vista medioambiental y de seguridad vial.
EL PAÍS, lunes 8 de octubre de 2007

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