lunes, 18 de mayo de 2009

"Un transgénico es un pesticida vivo"

ELENA SEVILLANO
"A España llegan unos seis millones de toneladas de soja, de las cuales aproximadamente el 66% es transgénico, y también un millón y medio de toneladas de maíz cultivadas en países que han optado por el uso masico de transgénicos". "Dos terceras partes de los alimentos que ingerimos contienen derivados de soja y maíz". Hay varios datos como éstos, sacados de la campaña de Greenpeace No quiero transgénicos, cobre la mesa en la que entrevistamos a Cristina Grande.
Hace años que la escritora aragonesa no le pone maíz a sus ensaladas. "Es una especie de extravagancia, una llamada de atención". Porque si llevara su postura más allá de este gesto casi simbólico, reconoce que hay pocas cosas que podría comer. "Los tomates...¿Y esas uvas sin pepitas? O las sandías, me acuerdo de cómo eran antes, y las de ahora no tienen el mismo color". Tampoco se obsesiona. "No podemos estar pensando en esto todo el rato, nos volveríamos paranoicos u neuróticos".
España es el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala. En 2008 fueron 80.000 hectáreas de maíz modificado con genes de bacterias.
Una parte muy importante de ellas, en Aragón, sí.
¿Qué le hizo tomar conciencia de la situación?
Mi primo Carmelo, que es agricultor; somos de la misma edad y casi como hermanos. Hace muchos años me dijo que notaba cosas raras en un panizo inmune al taladro(un gusano) que cultivaba (el maíz manipulado genéticamente es resistente a esta plaga). Al principio pensé que tenía demasiada imaginación, le encanta la ciencia ficción, pero...
¿Pero?
Hace poco hubo una manidestación de agricultores en Zaragoza. Intentan sacar adelante sus cultivos ecológicos, pero las plantaciones vecinas, que son de transgénicos, los están contaminando.
Algunos estudios científicos han constatado sus riesgos para la salud.
Cada planta segrega sustancias tóxicas, es como un pesticida vivo que pasa a la cadena alimentaria.
Desde 2004 es obligatorio especificar que un producto ha sido modidicado genéticamente, aunque no para los derivados de animales como carne, leche o huevos.
Pues yo me temo que no es así en la práctica. De hecho, creo que el maíz natural ya no existe, lleva siglos siendo modificado. Y las sojas...A mí que me digan dónde se cultiva la soja no transgénica.
Y eso ¿dónde nos lleva?
Las plantas modificadas genéticamente no producen semillas, el agricultor ha de comprarlas para cada cosecha. ¿A quién le interesa eso? Al final, son los grandes productores de semillas los que lo controlan todo.
¿Qué le produce alegría cuando entra en un supermercado?
Que vendan productos a granel y no todo envasado.
¿Qué le enfada?
Que no haya productos de la zona que no se favorezca a los pequeños agricultores y productores de ese entorno.
¿Qué le da pena?
La cantidad de cartonaje y plástico que se usa para todo, y la cantidad de basura que se genera.
Transgénicos, generación de residuos... Al final, todos los problemas medioambientales parecen entretejerse en un gran problema global. ¿Cómo se para esto?
El consumidor de a pie no puede hacer nada. Yo creo que éstas son desisiones a altas escalas.
Presume usted de un retrogén agrario poderoso.
En Aragón venimos del mundo rural que es el que te lleva a interesarte por la vida animal, por conocer el nombre de las plantas. El que te hace sensible a todo lo que tiene que ver con la naturaleza.
¿Sus pequeños gestos para preservarla?
Reciclo papel y vidrio, intento que no me den bolsas de plástico o, si no tengo más remedio, las reutilizo como bolsas de la basura. Pero, sobre todo, procuro no comprar cosas muy empaquetadas ni producir mucha basura.
¿Pesimista?
No, creo que la humanidad va a mejor. Disiento de las campañas demasiado agrasivas y de los mensajes catastrofistas. En todas las épocas ha habido problemas, desastres, hambrunas. Cada generación ha de vivir con lo que toca.
TIERRA Nº 26
EL PAÍS, Mayo de 2009

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