lunes, 7 de abril de 2008

Madrid impulsa la libertad total de horarios comerciales

R. T. Lucas / David Gracia
Madrid quiere redoblar su apuesta por la política liberal. El Gobierno regional estudia aprobar en breve la Ley de Modernización del comercio, que supondrá una drástica reducción de la regulación actual, según el borrador que adelantó ayer Expansión.com.
La principal medida sería la eliminación de las actuales limitaciones máximas de horarios de apertura semanales (90 horas), diarias (cierre obligatorio entre las 12 de la noche y las 7 de la mañana) y en festivos (12 horas como máximo). Con esta medida, desea facilitar las compras de los consumidores en un contexto en que se desacelera con fuerza el consumo de los hogares y, del mismo modo, facilitar la competitividad del comercio y la creación de empleo.
Madrid ampliaría así la brecha abierta con el resto de regiones con su política liberal, ya que, en contraposición a la apuesta del Gobierno de Esperanza Aguirre, la mayoría de las comunidades autónomas ha reducido al mínimo legal (72) las horas de apertura semanales. La propuesta recuerda al conocido como decreto Boyer, que en 1985 estableció la libertad de horas de apertura y supuso un fuerte impulso a la actividad e incrementó un 20% el empleo.
En la misma línea, se modificaría la licencia específica que los hipermercados deben solicitar al Ejecutivo regional para abrir un nuevo centro de más de 1.500 metros cuadrados. La intención de Madrid es que este requisito sea sólo para los centros de mayor dimensión, los superiores a 2.500 metros cuadrados, ya que éste es el máximo fijado en la ley estatal. No obstante, la rebaja de este límite en la mayoría de las comunidades autónomas ha forzado a las empresas a apostar por inaugurar centros de menor dimensión para poder seguir creciendo.
Esta licencia, implantada por la Ley de Comercio Minorista de 1996 y que las comunidades autónomas no pueden derogar, se ha convertido en una de los principales obstáculos para la expansión del sector, junto a los planes diseñados por los Ejecutivos regionales para limitar la instalación de centros en función del tamaño y la población de los municipios cercanos.

Ampliaciones
Para los centros ya instalados, la comunidad dejará de exigir el permiso específico para que puedan ampliar su superficie, siempre que el incremento no sea superior al 30% de su capacidad actual.
Madrid también quiere reducir al mínimo el resto de trabas administrativas para el comercio. Así, pretende eliminar las licencias para la venta de alcohol y para la apertura de establecimientos de “descuento duro”, es decir, aquellos que ofrecen un alto porcentaje de productos de marca propia, como Día, Lidl, Plus o Aldi, con una superficie entre 750 y 2.500 metros cuadrados. Estas enseñas han sido, de hecho, las que más han crecido durante el año pasado, más de un 10%, en número de establecimientos. También dejará de ser obligatoria la inscripción en el registro de empresas comerciales y en el de ventas a distancia. En este caso, el resto de regiones ha optado por implantar una licencia específica y limitar, también por municipios, la instalación de este tipo de comercios.


EXPANSIÓN, Viernes 4 de abril de 2008

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